“¡España, España!”, grita un niño afgano al pie de un muro en el aeropuerto de Kabul, la capital de Afganistán. El menor se identifica ante los militares españoles mientras otros agitan pañuelos rojos en el aire para recibir ayuda de los soldados y lograr ser evacuados del país que desde hace una semana está tomado por los talibanes. La ministra de Defensa, Margarita Robles, explicó este domingo que aquellos afganos que hubiesen colaborado con España, pero no contasen con la documentación, podían identificarse en las inmediaciones del aeródromo gritando el nombre del país, portando banderas españolas o telas rojas.
Este martes, Robles ha reconocido que la situación en el país es dramática y que será difícil evacuar a todo el mundo antes del 31 de agosto, la fecha límite establecida por los talibanes. “Cada día es peor porque la gente es consciente de que se acaban los plazos, y se acumula más gente en el aeropuerto. Los talibanes cada vez se ponen más agresivos. Muchos intérpretes venían de otras zonas que no son Kabul, y el acceso al aeropuerto es complicadísimo. Sin duda se quedará gente”, ha declarado la ministra.
El portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, ha asegurado también este martes en una rueda de prensa que el grupo no aceptará una prórroga para la evacuación más allá del 31 de agosto. Mujahid ha dicho además que los afganos ya no pueden acceder al aeródromo porque la situación es “caótica” y les ha pedido que vuelvan a sus casas.
Estados Unidos, que controla la seguridad el aeropuerto de Kabul, se había marcado como fecha para replegar las tropas de Afganistán el 31 de agosto, aunque el presidente Joe Biden está discutiendo con los jefes del Ejército la posibilidad de extender ese plazo autoimpuesto. La continuidad del plan de evacuación español está ligado a la presencia estadounidense en el país. “Estamos a la espera de la decisión que tome EE UU en este sentido”, ha reconocido la ministra Robles.
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