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Vídeo | Evacuados bajo las bombas en el este de Ucrania

Vídeo | Evacuados bajo las bombas en el este de Ucrania

A toda velocidad y con el todoterreno dando brincos de bache en bache, Volodímir Fedutenko, de 53 años, sabe que hace lo correcto saltándose el código de la circulación. No tiene la más mínima duda. Nadie va a ponerle una multa a un voluntario que se juega la vida al volante de un todoterreno para sacar del frente a civiles que viven atrapados en enclaves que se hallan desde hace meses bajo las bombas.

En Dvorichna, un pueblo del distrito de Kupiansk (en el este de la región de Járkov), los ejércitos de Rusia y Ucrania combaten sin descanso, como comprobó durante varias horas este martes. Los ataques se suceden casi a diario desde que, el pasado mes de septiembre, las tropas locales lograron mediante una contraofensiva expulsar a los invasores. Pero estos se han quedado a las puertas de la localidad y, desde la orilla oriental del río Oskil, mantienen su artillería muy activa.

Lo que más desazón les causa es cuando acuden a evacuar a alguien y se niega a salir de su casa, comenta Ihor Klimenko, de 46 años, responsable de la misión de rescate y copiloto de Fedutenko. En todo caso, no dudan de que han de seguir adelante con su trabajo de voluntarios, aunque pongan ellos mismos su vida en riesgo.

Este martes no solo no han encontrado rechazo, sino que han tenido que ampliar la lista de personas que, en principio, iban a evacuar. Ha sido al acudir a por Melania Yakovchuk, una mujer de 80 años. A ella se unen su hijo Fedor, de 60, y un vecino, Alexandr Suhoveev, de 41. Salen de la vivienda cuando varios proyectiles causan un gran estruendo en los alrededores. Es la antesala de un intenso fuego de artillería que tiene lugar minutos después de ser rescatados.

“Mi casa fue destruida, y también la casa de mis vecinos. No tengo donde estar. Durante seis meses he vivido en el sótano, entonces me mudé a casa de los vecinos y ayer nos alcanzó un ataque y destrozó la casa”, explica Suhoveev.

A las afueras de Dvorichna, una furgoneta espera a los vecinos que van siendo evacuados. El todoterreno de los voluntarios Fedutenko y Klimenko, con los que va este enviado especial, es el que va dando viajes. A la entrada del pueblo, un control militar inspecciona y toma fotos de los documentos de los habitantes que salen. Para aquellos que no tiene contactos o familiares, las autoridades ofrecen alojamiento y manutención.

Volodímir Fedutenko lamenta que “la gente decide quedarse hasta el último momento” y solo aceptan ser evacuados “cuando bombardean su casa o la casa de su vecino”.

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