Kupiansk es una de las últimas ciudades recuperadas por el ejército ucranio. Está en la provincia de Járkov, al este de Ucrania, y después de siete meses de guerra, sus vecinos comienzan a hacer vida normal, como puede verse en el vídeo que acompaña esta noticia. Hasta ahora, la ocupación rusa, los bombardeos y la falta de suministros habían complicado el día a día de miles de personas. Aunque ahora esta zona está algo más tranquila, allí todavía no han vuelto la luz o internet, lo que ha impedido que miles de familias hayan podido comunicarse en los últimos meses.
Por eso, están llegando ahora allí voluntarios cargados de mensajes de amigos y familiares que viven en ocasiones a cientos de kilómetros y que hasta ahora no habían podido comunicarse con sus seres queridos. Es el caso de Oleg. Salió de Kupiansk hace cerca de siete meses para huir de la guerra y en ese tiempo no había podido comunicarse con sus padres. “Todo irá mejor, quizás mejor que antes. La tristeza es un gran pecado mortal. ¡Ánimos! Que vaya todo bien. Os echo de menos”, les contaba Oleg en un audio a sus progenitores. Un voluntario, amigo de Oleg, dejaba a estos responderle a su hijo. “No estamos tristes, no te preocupes, sabes cómo es tu mamá de optimista. Estamos bien, solo nos preocupamos por ti, que estéis bien”, decía su madre, Ludmila.
Estos voluntarios son parte de la nueva normalidad de estas zonas de Ucrania. Tras la retirada de las tropas rusas gracias al avance del ejército ucranio, miles de personas están retomando de nuevo su vida a pesar de vivir a las puertas de la guerra.
Source link