Violencia de género: ¿Cómo prevenirla?

A día de hoy, la lucha contra la violencia de género es considerada multidisciplinarmente desde diferentes sectores como un proceso que como objetivo la promoción de la igualdad en todas sus formas. La Prevención Primaria es básicamente educativa y no se trata de una actuación individual, sino que está dirigida a grupos de personas.

Fundamentalmente, la prevención está orientada a las generaciones jóvenes. Los niños y las niñas se educan en igualdad, con la perspectiva de que sean ellos mismos quienes construyan pautas de comportamiento y actitudes que aumenten su autoestima y su independencia personal.

Al mismo tiempo, se busca mejorar las actuales relaciones que existen entre hombres y mujeres, causantes de la violencia de género.

Valores que evitan la violencia de género

Veamos el valor de la autonomía individual,  desde el punto de vista de que cada persona es un ser completo. Y es que es importante valorar a las personas sin tener en cuenta su sexo, su imagen, su país de origen, discapacidad, etc.

Debe haber implicación de solidaridad y responsabilidad social. Igual que equidad y respeto en el trato con el resto de los seres humanos.

Es básica la igualdad de oportunidades para todas las personas. También la participación de todas las personas en las decisiones y la no violencia en la gestión de cualquier tipo de conflicto junto con el amor en igualdad de condiciones. 

Existen valores más propicios a genera violencia de género, como las tradiciones, las religiones y las culturas que sitúan a las mujeres en papeles subordinados.

Todas aquellas relaciones no basadas en el respeto y la libertad sino en el ejercicio del poder son negativas. Igual que la desigualdad social y la discriminación de la mujer.

Hay que abolir la comercialización de los actuales modelos sexuales, igual que la naturalización de la violencia de género como base de la resolución de los conflictos.

Se ha de cambiar la errónea educación que se le da a las mujeres, basada en la dependencia, igual que el modelo tradicional de masculinidad y femineidad.

Estamos con pleno conocimiento de que a pesar de haberse producido innumerable cantidad de avances en materia de igualdad entre hombres y mujeres, aún pervive un modelo social que está basado en roles diferenciados que son adjudicados en función del sexo.

Estas situaciones son las que consiguen perpetuar la posición de inferioridad de las mujeres, que en última instancia configuran la razón de la propia violencia.

La violencia de género es la expresión más brutal de las desigualdades sociales. Y la prevención de la violencia tiene que enfocarse en estos valores y promover nuevas formas de entender las relaciones entre los hombres y las mujeres.


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