Entre los golpes de Estado, las amenazas a las libertades y el auge del populismo, las noticias dan a menudo la impresión de que la democracia está en peligro. Esto no es sólo una impresión. En cinco años, el número de democracias en el mundo ha descendido de 104 a 98, según el último informe del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (Idea).
Y si se tienen en cuenta los criterios relacionados con la protección social básica, la corrupción, la independencia de los medios de comunicación y del poder judicial, que también son condiciones de la democracia, el panorama no es mejor. Brasil, India e, incluso, los Estados Unidos de Donald Trump se han sumado a la lista de democracias “retrógradas”, donde también encontramos tres países europeos: Hungría, Polonia y Eslovenia.
En total, más de dos tercios de la población mundial vive en democracias en retroceso o en regímenes autocráticos. Esta crisis se ha acentuado con la crisis de Covid-19, pero empezó mucho antes, con el auge de las redes sociales, el populismo y la desinformación. África es uno de los continentes más afectados.
A principios de la década de los 90 se produjeron notables avances que dieron muchas esperanzas a todo el mundo, pero el número de democracias en África ha descendido de 22 en 2015 a 18 en 2020, observa Seema Shah, que supervisó la redacción del informe IDEA. Los problemas en estos casos son el poder excesivamente centralizado y los líderes que permanecen en el poder más allá de su mandato.
En América Latina, IDEA señala el caso notable de Brasil como uno de los países del mundo donde la democracia se ha deteriorado más. En total, la mitad de las naciones de la región ha sufrido erosión democrática, con Venezuela y Nicaragua entre las más afectadas.
Entre los casos positivos, el instituto sueco señala la celebración exitosa de elecciones bajo presión en países como México, Perú o Chile. También señala que otras naciones, como Ecuador o República Dominicana, han mejorado la calidad de sus democracias en los últimos años. En el primero, el informe señala la mejoría en materia de libertad de prensa y control de las instituciones.
En el segundo, el impulso de un proceso de diálogo político multipartidario frente a la pandemia.
IDEA recomienda acciones políticas para la renovación democrática global como impulsar contratos sociales más equitativos y sostenibles, reformar las instituciones políticas y reforzar las defensas contra el retroceso democrático y el autoritarismo.
RFI con información de Fréderic Faux desde Estocolmo, y AFP
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