¿Vivirías en el edificio de madera más alto en Latinoamérica?


CHILE – La Torre Experimental Peñuelas es el edificio más alto de Latinoamérica hecho en madera, se eleva 65 pies desde el suelo y es fruto de una iniciativa chilena para incentivar un sistema de construcción ecosustentable en altura que ayude a paliar la falta de vivienda.

Está ubicada en la Reserva Nacional del Lago Peñuelas, a 60 millas al oeste de Santiago, sobre una superficie de 1,280 pies cuadrados y cuenta con seis pisos de altura.

La construcción de cada uno de sus módulos, uno por cada piso, se realizó en fábrica durante tres meses, al tiempo que en el terreno se cimentó la zona. El montaje definitivo sobre su emplazamiento final se terminó está semana y necesitó apenas cinco días.

Durante los próximos 18 meses será objeto de estudio para investigar su comportamiento físico ambiental, extrayendo conclusiones que permitirán la construcción de viviendas sociales en altura basadas en madera.

“En Chile tenemos un déficit de viviendas y es imposible responde a ese desafío a través de un sistema constructivo tradicional, por tiempo, por capacidad de las empresas y por la huella de carbono y la contaminación ambiental de los sistemas tradicionales de construcción”, dijo a Efe Juan José Ugarte, director del Centro de la Universidad Católica de Innovación en Madera, organismo impulsor de esta iniciativa, que cuenta con el apoyo del Ministerio de Vivienda y de la Fundación Imagen de Chile.

“Con sistemas como este, amigable con el medio ambiente, con recursos locales, industrializable, con rapidez de construcción y responsable frente a los desafíos del calentamiento global podemos responder con una política pública sostenida en el tiempo hasta solventar este déficit de vivienda”, comentó Ugarte.

La construcción en altura con madera es posible gracias a la tecnología ATS, que consiste en la incorporación de barras de acero tensadas al interior de la estructura, lo que permite incrementar la resistencia sísmica.

La edificación cuenta con una cimentación tradicional de hormigón de un metro y medio de profundidad, la mitad que una construcción tradicional, y además cuenta con un recubrimiento hermético para que la madera no entré en contacto con el subsuelo y evitar la humedad.

Ugarte, que también preside la Corporación Chilena de la Madera, defendió la resistencia en el tiempo de estas construcciones, su aislamiento acústico, su protección ante el fuego y la tecnología denominada “piel ventilada”, que habilita un mayor confort térmico de los departamentos y reduce el consumo de energía.

El modelo de la Torre Peñuelas servirá para la construcción de las primeras viviendas sociales con estructura de madera y en altura de Chile, el denominado proyecto “Edificio Icónico de Rancagua”, de unos 86,000 pies cuadrados de extensión, que se espera esté listo para 2020.

Cada uno de los departamentos, de 538 pies cuadrados, costará en torno a los 30 millones de pesos (unos 45,000 dólares) y contarán con dos dormitorios, un baño, un living-comedor, cocina y logia.

El reto está en hacer ver a la gente que una vivienda de madera no es un “refugio temporal”, pensamiento que, según Ugarte, es el más extendido, sino que puede ser una casa mejor que la tradicional.

El vicerrector de Investigación de la Universidad Católica, Pedro Bouchón, dijo a Efe que el “gran desafío” es demostrar que es posible construir en altura y que este edificio satisface distintas necesidades de la sociedad: “durabilidad, eficiencia energética, precio y resistencia antisísmica”.

Para mostrar las bondades de este tipo de construcción, la Torre Experimental Peñuelas reserva una de sus seis plantas, la quinta, como piso piloto para que el público en general pueda comprobar el confort y el estandar de calidad de un departamento en estructura de madera.

Este piso piloto está amueblado y cuenta con revestimiento de muros, artefactos eléctricos y pisos de porcelanato para que el visitante tenga una experiencia real.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), existe un 6 % de falta de vivienda en áreas urbanas en América Latina y el Caribe y un 94% no tienen buena calidad.

Asimismo, Chile mantiene un déficit habitacional estimado en 500,000 unidades, según un estudio de la Cámara Chilena de la Construcción.


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