Volaris y Viva Aerobus acordaron una fusión para combinar dos de las aerolíneas más grandes de México y crear un campeón de bajo costo en el país.
Las dos aerolíneas mantendrán sus operaciones actuales bajo sus certificados de operación independientes y marcas diferenciadas, preservando las opciones de rutas existentes para los pasajeros, mientras se amplían aún más las opciones de viaje punto a punto, se informó en un comunicado esta noche.
Al cierre de la operación, la sociedad controladora será supervisada por un Consejo de Administración compuesto por miembros de Viva y Volaris. El nuevo grupo aéreo será presidido por Roberto Alcántara Rojas, actual presidente del Consejo de Viva.
Viva y Volaris afirmaron que se beneficiarán de menores costos de propiedad de la flota, mejor acceso a capital y una posición financiera más sólida.
“Esto permitirá a ambas aerolíneas expandir su oferta de servicios de bajo costo y alta calidad, haciendo que los viajes aéreos sean más accesibles para un grupo más amplio de pasajeros, con el objetivo de expandir el alcance del mercado y estimular la demanda”.
Minutos antes del acuerdo oficial, Reuters informó que el acuerdo se estructurará como una fusión entre iguales. Ambas aerolíneas conservarán sus propias marcas y poseerán el 50% de un nuevo holding, según las fuentes.
Las acciones de Volaris cerraron el jueves en 14.89 pesos, lo que le otorga una capitalización bursátil de aproximadamente 17 mil 400 millones de pesos (967 millones de dólares). El mayor accionista de la compañía es la firma de capital de riesgo Indigo Partners, que también controla la aerolínea estadounidense Frontier y la chilena JetSmart.
Viva es de propiedad privada y está controlada por el grupo de transporte IAMSA, dirigido por el magnate Roberto Alcántara.
Ambas aerolíneas vuelan exclusivamente aviones Airbus y operan rutas similares. Su competencia más grande en Mexico es la aerolínea insignia Aeroméxico.
El acuerdo se da a conocer en un contexto de años de turbulencia en el mercado de aviación mexicano, incluyendo disputas con los reguladores estadounidenses.
En octubre, el Departamento de Transporte de Estados Unidos rechazó más de una docena de rutas de vuelo propuestas por aerolíneas mexicanas a Estados Unidos, alegando desacuerdos sobre la gestión de los horarios de vuelo en el principal aeropuerto de la capital del país y su decisión de trasladar los vuelos de carga a una instalación más distante.
En noviembre, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, dijo que las aerolíneas mexicanas cederían algunos de sus espacios en el aeropuerto de la capital a sus competidores estadounidenses.
Los operadores estadounidenses controlan más de la mitad de la participación de México en el mercado internacional de pasajeros transportados durante el año hasta octubre, mientras que las aerolíneas mexicanas representan poco menos del 30%.
Con información de Reuters.
