La humillación sufrida por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en Turquía ha derivado en una áspera crisis institucional entre la alemana y el jefe del Consejo Europeo, Charles Michel. Los dos líderes hablaron este lunes por primera vez desde el incidente en Ankara, donde la presidenta de la Comisión fue relegada de los sillones que presidían la reunión que ocuparon Michel y el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan. Según fuentes comunitarias, Von der Leyen advirtió al jefe del Consejo que no permitirá que semejante situación vuelva a producirse en el futuro. Ambos volverán a verse el martes para dar explicaciones al presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, y a los jefes de los grupos de la Eurocámara.
Casi una semana después del viaje a Ankara, la tensión entre ambos líderes no se había rebajado ni un ápice, hasta el punto de que aún no habían hablado. Un portavoz de la Comisión afirmó que, tras una visita oficial a Jordania, la alemana decidió ir a ver a su familia, con la que no había podido reunirse desde finales del año pasado. Y en Alemania atendió algunos asuntos urgentes, pero no ese. Mientras Von der Leyen decidía permanecer en silencio, Michel se justificó en varios medios de comunicación, sin lograr calmar las críticas que le llegan desde la sociedad civil y la Eurocámara.
Si bien la cita de este lunes era ordinaria, fuentes comunitarias confirmaron que se abordó la reunión en la que Michel y Erdogan se quedaron con los sillones que presidían el encuentro, relegando a la alemana al sofá. A pesar de lamentar la escena, el belga ha justificado que las normas comunitarias fijan que el presidente del Consejo precede a la jefa de la Comisión. Desde el Ejecutivo comunitario aceptan ese extremo, pero advierten que eso no implica ninguna diferencia en el rango protocolario. “Es el mismo. Ambos son presidentes de una institución comunitaria”, zanjan fuentes de la Comisión.
El gabinete de Von der Leyen mandó antes de la reunión al equipo de Michel un documento en el que reclamaba alcanzar un acuerdo o, en palabras del portavoz jefe, Eric Mamer, un “modus operandi” que garantice una “relación armoniosa” entre ambas instituciones. La Comisión aclaró que ni quiere modificar los tratados ni arrogarse competencias en política exterior que no le corresponden, sino evitar que en un futuro vuelva a quedar apartada a un papel secundario.
Un portavoz del Consejo declinó hacer comentarios sobre la reunión, que dijo que se había desarrollado en un clima “constructivo”. Uno de los responsables de la comunicación de la Comisión tampoco quiso comentar el encuentro. “Los presidentes mantuvieron su reunión semanal habitual y discutieron varios temas de actualidad”, sostuvo. No obstante, fuentes comunitarias explicaron que trataron la reunión y que la alemana fue clara y le avisó que no volverá a tolerar una humillación como la sufrida en Ankara.
Antes de la reunión semanal entre ambos, Von der Leyen había despachado por teléfono con el presidente francés, Emmanuel Macron. Oficialmente, en la agenda estaban la campaña de vacunación europea y los planes de recuperación económica. París, no obstante, había tratado de enterrar ya durante el fin de semana la crisis entre ambas instituciones. Su secretario de Asuntos Europeos, Clément Beaune, afirmó el domingo en Le Figaro que “la afrenta” de Von der Leyen fue una “trampa” que le tendió Erdogan de forma “deliberada” y abogó por cerrar filas dentro de la UE.
Ejemplo del “estilo de vida europeo”
Sin embargo, del malestar dentro de la Comisión dan fe las palabras del vicepresidente Margaritis Schinas en varios medios de comunicación griegos. Schinas alabó a Von der Leyen, de quien destacó el “coraje” con el que “se enfrentó a dos hombres sentados”. “No hay mejor ejemplo de una defensa del estilo de vida europeo que lo que hizo en esos pocos segundos”, sostuvo el comisario de la cartera para Promover el estilo de vida europeo.
Los dos líderes se reunirán este martes con Sassoli y los presidentes de los grupos parlamentarios, que les piden explicaciones también por lo que acabó siendo un nuevo fiasco de la UE en política exterior. Fuentes parlamentarias sostuvieron que la cita de este martes probablemente no evitará que ambos deban comparecer ante el plenario durante la última semana de abril, dado que los populares, los socialdemócratas y Los Verdes siguen reclamando un debate con su presencia en la Eurocámara.
A las críticas recibidas desde el Parlamento Europeo por su silencio, a Michel le siguen lloviendo quejas desde la sociedad civil. La Fundación Millenia, que lucha por la igualdad de la mujer, le escribió una carta abierta con más de 5.700 firmas en la que pedía su dimisión. También la organización Mujeres Políticas Líderes (WPL, por sus siglas en inglés) pidió que se garantice el “respeto mutuo” y la “igualdad entre hombres y mujeres en los ámbitos políticos y de toma decisiones”.
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