El baile de la reconciliación continúa. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha reunido hoy en la Casa Blanca con Joe Biden, en otra demostración de que la relación bilateral va recobrando el buen tono tras los tirantes años de Donald Trump.
Según el relato de Von der Leyen, ambos han hablado sobre las relaciones comerciales entre la Unión Europea y Estados Unidos, la necesidad de avanzar con la vacunación (“debemos estar vigilantes para que esto no se convierta en una pandemia de los sin vacunar”), así como la situación en Ucrania (“apoyamos completamente su integridad territorial”). También han tratado el tema más candente para la UE en estos momentos: la crisis en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, miembro de la Unión, después de que el presidente bielorruso Aleksandr Lukashenko empujara a una oleada de inmigrantes a llamar a las puertas del vecino, generando una tensión sin precedentes que ha derivado en un anuncio de sanciones contra Minsk. “No es una crisis migratoria, sino un intento desestabilizador de Bielorrusia”, ha sentenciado en declaraciones a la prensa Von der Leyen al término de la reunión.
Su visita a Washington supone otra escenificación de la sintonía recobrada en el diálogo transatlántico. La cita llega después de los encuentros celebrados durante la cumbre del G-20, que tuvo lugar en Roma el 30 y 31 de octubre, y la semana pasada en la conferencia climática de Glasgow, aún en marcha. En la ciudad escocesa, Biden y Von der Leyen apoyaron la alianza para reducir esta década un 30% las emisiones de metano.
En Roma, ambos presentaron un acuerdo para desactivar la guerra arancelaria que afecta al acero y al aluminio, declarada por Trump en 2018. Fue el final de una negociación de meses que busca reforzar un frente comercial para frenar las exportaciones de China, que presentan la mitad del mercado y resultan altamente contaminantes. Antes, en junio, la UE y EE UU habían enterrado el hacha en la disputa entre los gigantes del sector aeronáutico Boeing y Airbus.
La reunión de este miércoles ha tenido lugar en el Despacho Oval entre las 10:00 y las 11:15 (hora local de Washington), y, según ha asegurado Von der Leyen, ha sido “muy productiva”. Sobre la crisis entre Polonia y Bielorrusia, la presidenta de la Comisión Europea ha prometido “endurecer las sanciones a principios de la semana próxima a entidades y a personas”, y ha explicado que ha acordado con Biden la posibilidad de “perseguir a las aerolíneas que contribuyan al tráfico de personas” en Bielorrusia. Von der Leyen ha asegurado que ambos comparten el análisis de que se trata del “ataque híbrido de un régimen autoritario para tratar de desestabilizar a sus vecinos democráticos”. “Tenemos que proteger nuestras democracias de este tipo de juego de poder geopolítico cínico”, ha añadido.
El presidente de Estados Unidos ha abandonado el Despacho Oval pasadas las 11:40, pero no ha hecho declaraciones a la prensa. Tenía previsto asistir al funeral de Ruth Ann Minner, la antigua gobernadora de Delaware, su Estado natal.
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La de hoy ha sido la última de una serie de señales de reconciliación transatlántica, también en materia de defensa, gracias a la desactivación de la llamada “crisis de los submarinos” tras la creación del llamado Aukus, un partenariado militar entre Estados Unidos, Australia y el Reino Unido para contrarrestar la pujanza de China en la región del Índico y el Pacífico. Como parte de ese pacto, Australia renunció sin previo aviso a un contrato comercial millonario con Francia para echarse en brazos de Washington y Londres, lo que desencadenó en septiembre una crisis diplomática.
La reciente visita de Josep Borrell, Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad a Estados Unidos, sirvió para escenificar que ambas partes daban “por superados los desencuentros”. En Roma, Biden admitió ante el presidente francés, Emmanuel Macron, la “torpeza” de EE UU en la gestión de aquel episodio.
La crisis entre Bielorrusia y Polonia se desató este lunes, cuando Varsovia advirtió de la llegada masiva de inmigrantes a su frontera. Los países fronterizos con Bielorrusia y la Unión Europea acusan al régimen de Minsk de orquestar el tráfico de personas en respuesta a las sanciones impuestas por Bruselas. Von der Leyen exigió entonces a Lukashenko que “deje de poner las vidas de personas en peligro”. “La instrumentalización de los migrantes por Bielorrusia es inaceptable”, añadió. Se calcula que hay unos dos mil inmigrantes atrapados a las puertas de Polonia.
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