A pesar de haber dirigido de momento pocas películas, el cineasta Robert Eggers se ha hecho un nombre en la esfera del terror cinematográfico. Independientemente de que algunas de sus obras hayan tenido un éxito incontestable como La bruja o El hombre del norte, aunque esta última fue un sonoro fracaso comercial. Más allá de la taquilla, lo cierto es que ya se rumorea con una continuación de su epopeya vikinga, pero si existe un proyecto ambicioso para este joven director ese es el remake de Nosferatu. Una historia que Eggers, sincerándose con Collider, aseguró tener una obsesión con el personaje desde que era un niño pequeño. La cinta, estará protagonizada por Bill Skarsgård, Lily-Rose Depp, Emma Corrin, Aaron Taylor-Johnson y Nicholas Hoult, pero también Willem Dafoe. Un actor casi fetiche para Eggers, el cual ha explicado en una reciente entrevista cuándo comenzará el rodaje.
“Es por eso que tengo este bigote y patillas”, le dijo a la entrevistadora mientras se señalaba un distinguido bigote señalando que comenzarían a filmar dentro de poco. Además, el actor de Spider-Man y The Florida Project explicó cómo es para él trabajar con Eggers:
“Me encanta trabajar con Robert Eggers. Lo pasé de maravilla. Vi La bruja y me gustó mucho. Organicé una reunión con él. Nos gustábamos. Luego hice El faro, que fue una experiencia fantástica y creo que es una muy buena película. Luego hice un pequeño papel en The Northman, que disfruté mucho y ahora puedo hacer esto. Así que estoy feliz de estar de vuelta con él. Es Nosferatu, su versión de Nosferatu. Estoy emocionado de estar con él nuevamente. Es un gran cineasta y disfruto de su compañía”.
Willem Dafoe tiene por delante un 2023 ajetreado con el estreno de Asteroid City de Wes Anderson y las dos cintas que ha rodado junto a Yorgos Lanthimos; AND y Poor Things. Un año lleno de trabajo que podremos ver estrenado en el último tercio de la presente temporada.
Nosferatu de Robert Eggers está programado para llegar a las salas el próximo 2024. En principio, la historia partirá de la polémica cinta homónima que Murnau dirigió en 1922 y que la viuda de Bram Stoker persiguió legalmente, pues no había concedido los derechos al cineasta alemán para filmar una adaptación de Drácula.
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