Durante la campaña electoral de 2020, Jill Biden estaba participando en un mitin de una granja de Pensilvania (Estados Unidos), cuando un curioso gato se paseó por el acto, saludando a los asistentes. Poco podría sospechar el felino, hoy llamado Willow, que unos meses después pasaría a dejar de vivir en un granero para hacerlo en la Casa Blanca, junto al presidente y la primera dama de Estados Unidos. El vínculo que se generó entre la señora Biden y el gato hizo que el granjero le ofreciese llevárselo con él.
La historia de Willow se ha hecho pública por una colaboración audiovisual en redes sociales entre el portal animalista The Dodo y la propia Casa Blanca, con motivo del Día Nacional de las Mascotas, que se puede ver en el vídeo que acompaña a esta noticia. Las relación entre mascotas y familias presidenciales no es algo reciente, de hecho algunos de los registros de nombres de animales en Washington D.C. se remontan a principios del siglo XX.
En este vídeo se muestran alguna de ellos, la mayoría perros de como los de John Fitzgerald Kennedy o Richard Nixon, otro gato de un presidente demócrata y otros animales de compañía menos convencionales: Desde la vaca Pauline, a la mapache Rebecca o el guacamayo Eli.
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