Markus Braun, ex consejero delegado de Wirecard ha sido detenido, después de entregarse, acusado de supuesto fraude contable y manipulación de mercados, según informó en un comunicado la Fiscalía de Múnich. Braun dimitió el pasado viernes, después de salir a la luz un agujero millonario, según el cual la empresa de servicios de pagos electrónicos habría inflado su balance a través de bancos fiduciarios con hasta 1.900 millones de euros que no existen. El juez ha decidido este mismo martes que Braun será puesto en libertad bajo fianza de cinco millones de euros.
El ejecutivo, que ha pasado 18 años al frente de la que fuera una prometedora empresa digital, viajó desde Viena y se entregó en la capital bávara, después de que la Fiscalía alemana dictara una orden de detención contra él. “El acusado, el doctor Braun, se entregó en las oficinas de la Fiscalía de Múnich ayer por la noche”, dice la nota.
Los investigadores alemanes detallan que los resultados de las pesquisas apuntan a que el acusado infló el balance de la empresa y el volumen de ventas de Wirecard, probablemente en cooperación con otras personas, con el objetivo de fortalecer en apariencia la empresa y hacerla más atractiva a ojos de los inversores y clientes.
La noche del domingo, la empresa anunció que esos pagos “probablemente no existen en la gran mayoría de los casos”. En un comunicado, Wirecard explica que ha retirado los resultados preliminares de 2019, así como los del primer trimestre de 2020 y las perspectivas financieras para los próximos tres años. Añade que no excluye que se puedan ver afectadas las cuentas de años anteriores y anuncia la salida de Jan Marsalek, miembro del consejo de dirección. La empresa indica también que se plantea una profunda reestructuración, incluida una reducción de costes y la posible supresión de productos y unidades de negocios.
El ministro de Economía alemán, Peter Altmaier, exigió este martes a la empresa que aclare lo sucedido. “Tienen que aclarar cómo es posible que miles de millones de dólares se hayan volatilizado, presuntamente, o que nunca hayan existido”, dijo a la prensa el ministro, quien mostró su preocupación respecto al daño a la reputación de Alemania como centro de operaciones financieras.
AÑO Y MEDIO DE REVELACIONES
La caída de Wirecard está ligada a las informaciones del Financial Times, que a principios de 2019 detectó problemas en sus sedes en Asia. Según estas informaciones, los empleados del grupo habían engañado a reguladores y auditores. Wirecard negó las acusaciones. Más tarde, las autoridades de Singapur ordenaron el registro de sus oficinas. La situación se complicó más aún a partir de octubre. El diario británico publicó entonces que algunas filiales del grupo habían inflado los beneficios, sin que la auditora EY se enterara. Wirecard contrató una auditoría externa a KPMG. Pero tras seis meses de investigaciones, la firma dijo en abril no poder saber si la mayor parte de los beneficios declarados entre 2016 y 2018 eran reales o no.
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