Es verano, finales de junio y en Wimbledon, naturalmente, la hierba recién cortada ya despide ese olorcillo tan embriagador que proclama el retorno: tras la cancelación forzosa del curso pasado, el major británico, el torneo de los torneos para muchos aficionados y jugadores que han caído en sus aristocráticas redes persuasorias, vuelve a andar. Y por ahí desfila Novak Djokovic con paso firme y el pecho bien hinchado, porque al fin y al cabo él, el número uno, el tenista que se ha hecho con los dos primeros grandes del curso y que viene lanzado tras dar un estruendoso golpe sobre la mesa en Roland Garros, será la principal rueda a seguir durante los próximos días en el distrito 19.
Más información
En otras circunstancias, hoy, arranque del torneo, se hablaría seguramente de la preponderancia de Roger Federer y sus exquisiteces sobre la hierba, pero los tiempos han cambiado. Ahora, el suizo afronta la cita en su jardín rodeado de interrogantes y con el ánimo más bien bajo. Su objetivo, dice, es alcanzar la segunda semana, y a partir de ahí ya se verá. Es decir, todo es distinto. El rey va a rebufo, Nole intimida y el resto, esos jóvenes que van cogiendo cuerpo y empiezan a enseñar definitivamente los colmillos, confía en ese margen de imprevisibilidad que concede el tenis verde, solo apto para valientes y dado como ninguno a las campanadas. Esto es Wimbledon, las certezas escasean.
En todo caso, esta edición empieza con las que aporta el trazado de Djokovic este año, de muesca en muesca el balcánico a sus 34 años: trofeo en Melbourne, trofeo en París y 19 grandes. A uno solo del récord compartido por Federer (39) y Rafael Nadal (35), el uno de capa caída, el otro restableciéndose del esfuerzo hecho en la gira sobre tierra batida y escuchando a su cuerpo, que le invitaba a la pausa y, de paso, a la reflexión sobre el mañana. Por tanto, Nole se encuentra ante un escenario deseado para seguir dando rienda suelta a su voracidad, porque lo quiere todo. Y todo es todo.
“El nivel de confianza es alto”, reconoció en la jornada de atención a los medios. “He ganado los dos Grand Slams de este año y jugué muy bien en París, aunque ese torneo también me supuso en lo físico y lo emocional”, precisó el de Belgrado, pentacampeón en Wimbledon y triunfador en tres de las seis últimas ediciones, en los dos últimos pasajes. “Me encanta este lugar. Cuando era un niño soñaba con ganar aquí y jugar en esta pista me pone la piel de gallina”, prolongó ante los periodistas sin olvidar, para sus adentros, el episodio de hace un par de años, cuando la grada inglesa se volcó de pleno con Federer en aquella impresionante final.
Ese día, Federer desperdició dos bolas de partido que, de haberlas convertido, le hubieran otorgado su 21º gran título y un balón de oxígeno que ahora demanda más que nunca. “Nunca pensé que jugaría hasta los 40, ni mucho menos con las últimas operaciones que he tenido. Pero todavía sigo amando el tenis, lo disfruto. Ya veremos qué ocurre aquí y si llegan o no los resultados. Por eso, este Wimbledon es muy importante para mí”, admite el de Basilea, que debutará mañana contra el francés Adrian Mannarino. Hoy, por la otra parte del cuadro –luego chocarían hasta una hipotética final–, el serbio se estrena ante el local Jack Draper (14.30, Movistar).
“Ahora mismo tengo 19 grandes, así que sé cuál es la perspectiva de tener 19, pero no la de tener 20. Ojalá pueda averiguarlo en unas semanas… Los Grand Slam son la mayor motivación que tengo en esta etapa de mi carrera. Quiero aprovechar estos torneos para alcanzar cimas mayores, jugando mi mejor tenis. Así ha sido durante mi último año y medio, y así será hasta el final de mi carrera”, recuerda mientras desde la barrera también se aguarda a la respuesta que puedan dar alternativas cada vez más consolidadas como Daniil Medvedev –ganador en el preparatorio de Mallorca–, Stefanos Tsitsipas –finalista en Roland Garros– o el alemán Alexander Zverev –cada vez más afilado–.
“Los jóvenes estamos aquí para tratar de pararle, para intentar impedir su sueño [conquistar el Golden Slam: los cuatro majors y el oro olímpico en la misma temporada]. Será complicado, pero tenemos hambre”, advierte el griego Tsitsipas, al que le remontó dos sets hace dos semanas en París, escenario de otro acelerón en la gran pugna histórica a tres bandas. En cualquier caso, Wimbledon despega este lunes con un inevitable señalado en el cuadro masculino: ¿Podrá alguien con el inflado Djokovic?
Consulta los Resultados de la jornada / Orden de juego del lunes.
Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.