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Ya son 11 años del asesinato de Marisela Escobedo: impunidad y vergüenza para el Estado mexicano

Ya son 11 años del asesinato de Marisela Escobedo: impunidad y vergüenza para el Estado mexicano

Este jueves se cumplen 11 años del asesinato de Marisela Escobedo, la mujer que luchó contra el sistema judicial y político para encontrar justicia por el homicidio de su hija, Ruby Marisol Frayre Escobedo.

Marisela Escobedo Ortiz murió tras ser baleada frente a las puertas del palacio de gobierno de Chihuahua, la noche del 16 de diciembre de 2010, donde mantenía un plantón para recordar la impunidad y la falta de acción por parte de las autoridades.

“Si me va a venir este hombre a asesinar, que venga y me asesine aquí enfrente (del Palacio de Gobierno) para vergüenza del gobierno”, fue lo que dijo Marisela unos días antes del crimen.

Su historia es la de muchas personas víctimas del crimen, pero a la vez representa la extraordinaria lucha que emprenden quienes buscan justicia: su hija Ruby Marisol Frayre Escobedo fue asesinada por su pareja, Sergio Rafael Barraza, en agosto de 2008.

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Marisela Escobedo denunció los hechos pero ante la pasividad de la Fiscalía decidió tomar el liderazgo de la investigación, hasta dar con las pistas que condenaban al agresor, quien incluso confesó el crimen.

Uno de los momentos más dramáticos de la historia ocurrió cuando los jueces del Tribunal, Catalina Ochoa, Rafael Boudib y Netzahualcóyotl Zúñiga, decidieron que no había pruebas suficientes para condenar al acusado y decidieron liberarlo. La impotencia de Marisela quedó registrada en las cámaras de los medios. 

Un día después de ese golpe, Escobedo retomó su lucha para obligar al Estado mexicano a perseguir al delincuente. 

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En segunda instancia, se logró una sentencia condenatoria, pero Sergio Rafael ya no estaba detenido, entonces Marisela comenzó una lucha para exigir la aprehensión del asesino de su hija.

Después de varios meses de pesquisas encabezadas por ella misma, encontró al asesino, quien ya estaba involucrado con grupos de la delincuencia organizada.

“Recorrió el país, encabezó marchas, realizó múltiples protestas, se reunió con autoridades de diferentes niveles, encontró por su cuenta a Sergio en tres ocasiones y demandó su detención, confrontó al gobernador, denunció la colusión entre autoridades y el narcotráfico, enfrentó amenazas de muerte de la familia del asesino, advirtió que sería asesinada si no hacían nada para protegerla y que su muerte sería la vergüenza del gobierno”, recuerda el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres de Chihuahua.

Escobedo nunca se rindió, ni las amenazas ni el crimen de guerra la hicieron desistir. Al final de su historia, murió encabezando la lucha que marcó su vida. 

Este jueves, el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres de Chihuahua afirmó que ya se cumplen 11 años de impunidad, en un caso que representa una vergüenza para todos los niveles de gobierno.

“Como Marisela Escobedo, son en su mayoría las madres de las víctimas de feminicidio y de las de personas desaparecidas las que arriesgan su vida para demandar verdad, justicia y reparación; es por esto que también hoy recordamos la obligación de los gobiernos, en el ámbito de sus competencias, para garantizar los derechos de mujeres, niñas y adolescentes, lo que implica necesariamente destinar los recursos económicos suficientes para su atención”, dice el posicionamiento público. 

Su historia ha sido contada muchas veces y hoy es símbolo de diversas luchas. Uno de los acercamientos más difundidos es Las tres muertes de Marisela Escobedo, una producción de Netflix que muestra su lucha. Hace unos meses, Carmen Aristegui entrevistó a Laura Woldemberg, una de las realizadoras de la cita:


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