NAIROBI, Kenia — El número de personas que fallecieron luego de que un pastor keniano ordenó a sus seguidores morirse de hambre para poder conocer a Jesús superó las 300, informaron el martes las autoridades, y se tiene previsto que la cifra de decesos aumente debido a que se tienen planeadas más exhumaciones.
La cifra de muertos aumentó a 303 luego de que se exhumaron 19 cuerpos más de fosas comunes en el extenso terreno boscoso del condado de Kilifi, en la costa de Kenia, donde vivían el pastor Paul Mackenzie y sus seguidores.
La comisionada regional de la costa, Rhoda Onyancha, declaró a los periodistas locales que el número de rescatados asciende a 95, mientras que hay 613 desaparecidos.
El lunes, 65 personas de las rescatadas fueron acusadas de intento de suicidio tras realizar una huelga de hambre en protesta por estar retenidas en un centro de rescate. Fueron trasladados a una cárcel.
Los rescatados en abril estaban demacrados y recibieron tratamiento en el hospital de Malindi antes de ser trasladados al centro de rescate.
Se espera que Mackenzie, el pastor cuyos seguidores fueron rescatados, vuelva a comparecer ante el tribunal esta semana, ya que se concedió a la policía más tiempo para retenerlo a la espera de las investigaciones.
El pastor ya había sido acusado anteriormente en relación con la desaparición de los
niños, pero quedó en libertad bajo fianza. El presidente de Kenia, William Ruto, lo ha comparado con un terrorista.
El ministro del Interior, Kindiki Kithure, declaró que se habían asignado más fosas comunes a la exhumación e insinuó que el pastor podría ser acusado de terrorismo o genocidio.
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