Nació como Carlos Ranulfo Pérez hace 51 años, pero en 2017 este abogado y activista se rebautizó como Yaku Pérez por su cercanía al movimiento indígena y a la defensa de sus intereses. Su nuevo nombre, con el que concurrió por primera vez a la presidencia de Ecuador significa “agua del bosque” y refleja con exactitud cómo ha construido su figura política. Antes de lanzarse a la carreraelectoral, ganó los últimos comicios provinciales en Azuay, en el sur, por la defensa del agua ante el impacto de la minería en el páramo andino.
Su lucha trascendió en época del Gobierno de Rafael Correa, cuando el entonces presidente, arengando desde la televisión pública, le acusó de terrorismo y sabotaje por haber dirigido las protestas contra la Ley del Agua en 2010 en su provincia. Su enfrentamiento con el exmandatario trascendió a lo personal cuando su pareja, la periodista y activista Manuela Picq, fue expulsada de Ecuador. Volvió al país con la llegada de Lenín Moreno al poder y, aunque la relación personal con el candidato había terminado, ha participado en la campaña con algunos vídeos bailando y bromeando en TikTok junto a Pérez.
“El agua vale más que el oro, aunque al señor Arauz parece que le gusta más el oro que el agua, porque ha dicho que va a extraer el oro de los celulares. Yo le puedo obsequiar este teléfono para que saque el oro, yo me quedo con el agüita”, se burló el líder del Movimiento Indígena Pachakutik ante Andrés Arauz, el candidato del correísmo con una plaza asegurada en segunda vuelta, en pleno debate presidencial, marcando definitivamente la distancia entre su postulación y la del sucesor de Correa.
Esa posición marcó la elección de Yaku Pérez como aspirante de la gran mayoría del movimiento indígena para la carrera presidencial frente a otros dos dirigentes de renombre que también representaban organizaciones indígenas y que habían encabezado las protestas de octubre de 2019 contra el Gobierno de Lenín Moreno por la eliminación del subsidio a la gasolina. Ante la beligerancia de Leónidas Iza y Jaime Vargas y su cercanía con la corriente encarnada por el expresidente Correa, se impuso finalmente la alternativa más moderada de la candidatura presidencial de Yaku Pérez. Vargas e Iza, en cambio, acompañaron a Evo Morales, en su regreso a Bolivia en noviembre, y aparecieron brindando junto a Andrés Arauz, por lo que se interpretaron sus candidaturas como listas de apoyo al correísmo.
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