La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, no será finalmente vicepresidenta segunda sino tercera. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no quería dejar por debajo del organigrama a la ministra de Economía, Nadia Calviño, así que será esta quien ascienda a la vicepresidenta segunda, tras el hueco que dejará Pablo Iglesias con su salida del Gobierno. Y su puesto, el de tercera vicepresidenta, quedará en manos de Díaz, que, además, mantendrá su cartera en Trabajo.
Díaz aceptará esa tercera vicepresidencia, aunque en origen, Podemos tenía reservada la segunda, según se pactó cuando arrancó la coalición e Iglesias accedió al Ejecutivo. Pero para evitar tener que renunciar a la cartera de Trabajo, Sánchez exigía ese pequeño movimiento. Esos era “los detalles” —en expresión de La Moncloa y de la ministra portavoz, María Jesús Montero— que quedaban para zanjar la sustitución de Pablo Iglesias. Y Unidas Podemos se inclina por aceptar que su vicepresidencia baje un escalón, y así evitar conflictos en la coalición.
No hay intención de que la despedida de Pablo Iglesias venga rodeada de ruido y conflicto, pero se han dado motivos para la fricción, y no de menor calado. Primero, por las formas. En parte del Consejo de Ministros ha molestado que Iglesias haya adelantado el organigrama en público, aunque ya le hubiera comunicado a Pedro Sánchez su plan de abandonar el Gobierno para presentarse a los comicios madrileños, poco antes de anunciarlo públicamente.
Unidas Podemos tiene en virtud de los acuerdos de Gobierno una vicepresidencia y cuatro ministerios. El rango de la vicepresidencia de Yolanda Díaz será el tercero, tras Carmen Calvo, en primer lugar, y Nadia Calviño, a partir de ahora en segundo. No había duda de que la ministra de Economía tendrá preponderancia en todas las políticas económicas, recalcan en La Moncloa.
Yolanda Díaz se ha dedicado plenamente a conseguir acuerdos con sindicatos y patronal y a que la dureza de la crisis causada por la pandemia encontrase algo de alivio con las políticas del Gobierno, pero con no pocos forcejeos con el resto de los ministros vinculados con la Economía. Aun así, es incuestionable que se ha ganado el aprecio y el respeto de sus compañeros socialistas del Gobierno, según reconocen en privado. Pedro Sánchez se lo demostró en público el lunes y el mediodía de este martes la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera.
“El feminismo también se ejerce con no tener como objetivo la representación o la apariencia de poder”, señalan fuentes del entorno de la ministra sobre su designación como vicepresidenta tercera, pero manteniendo la cartera de Trabajo. Díaz, detallan esas fuentes, no quería que la labor de más de un año se perdiera. “No es tiempo de cambiar de titular”, aseguran estas fuentes. La prioridad de Díaz es mantener el diálogo social “en nombre del Gobierno” en las mesas de negociación abiertas y en vísperas de abrir otras nuevas con sindicatos y patronal.
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