Deportivo Alavés y Sporting de Gijón empataron a cero este sábado y apenas tuvieron ocasiones en un encuentro en el que mostraron demasiado respeto y arriesgaron poco para intentar llevarse la victoria.
La ocasión más clara fue un remate a un poste de Gragera en una primera parte tranquila en la que pasaron pocas cosas. Tras el descanso apenas se animó el partido y solo en la recta final se pudo mover el marcador.
Apenas ocurrieron cosas en los primeros 30 minutos de un duelo en el que ninguno de los dos equipos quiso arriesgar y tan solo algún tímido lanzamiento lejano intentó cambiar el partido.
Ni Sporting ni Alavés especularon mucho con el balón y se lanzaron con verticalidad a por la portería rival, pero sin afinar en los metros finales.
El cuerpo a cuerpo dejó de lado la profundidad de dos escuadras que replegaban bien y achicaban balones cuando lo necesitaban.
La mejor ocasión de la primera mitad la tuvo el conjunto asturiano a balón parado. José Gragera estrelló su remate de cabeza contra el poste izquierdo de Antonio Sivera en el minuto 38 de partido, tras un gran centro con rosca de Cote.
En la jugada posterior lo intentó Luis Rioja al contragolpe, pero cruzó demasiado su disparo.
Remató más el Alavés en la primera parte, pero con poco peligro sobre la meta de Mariño.
Xeber Alkain dio el primer aviso serio tras el paso por vestuarios, pero el guardameta del equipo asturiano, bien colocado, atajó sin dar opciones al rechace.
El Sporting se hizo con el centro del campo con el paso de los minutos y Luis García Plaza reaccionó con la entrada de Salva Sevilla.
El partido, en cambio, no varió su guion con dos equipos que no querían perder su sitio ni conceder espacios al rival. Con ambos tan comedidos, solo quedaba el balón parado para intentar mover el marcador.
El Alavés lo intentó desde fuera del área a pesar de que los rojiblancos trataron de capitalizar la posesión de una segunda mitad con pocos chispazos.
El conjunto de Abelardo estuvo cerca de romper la igualada en la recta final tras un saque de falta por medio de Zarfino, pero apareció Antonio Sivera para despejar el disparo del jugador del Sporting.