Los aficionados del Milan no estarán muy de acuerdo, o cuanto menos no demasiado contentos con ello, pero el fútbol es maravilloso porque suceden cosas como la acontecida en San Siro este miércoles. Más de 30 disparos protagonizaron los de Stefano Pioli pero ninguno de ellos encontró el fondo de las mallas. Y el Torino, su rival en este encuentro de octavos de final de la Coppa, jugando en inferioridad numérica desde el minuto 70 fue capaz no solo de forzar la prórroga sino también de lograr en la misma el gol con el que acceder a los cuartos de final (0-1).
Dicho tanto llegó en un contragolpe de libro. Con el Milan volcado en la búsqueda del gol a la desesperada para evitar una tanda de penaltis que en cierto modo resultaba avergonzante dadas las circunstancias, Bayeye se lanzó como una exhalación por banda derecha y puso un centro medido para que Michel Ndary Adopo empujase el balón a la red. Corría el minuto 114 de partido, o lo que es lo mismo, agonizaba una segunda parte del tiempo extra al que el Milan no quisiera haber llegado.
Antes de eso los de Pioli, con Tonali como jefe de operaciones, fueron superiores al Torino pero sin puntería. Ni De Ketelaere, ni Brahim Díaz, ni Rafael Leao, ni Giroud. Nadie fue capaz de evitar que el Milan quedase apeado de la Coppa en estos octavos de final. El que pasó a cuartos fue el heroico Torino de Ivan Juric.