0-1: Navarro y Brais meten a la Real en octavos

Una ronda más. A cuatro partidos de otra final. Un gol de Robert Navarro propiciado por una genialidad de Brais, que dejó pasar un balón vertical de Illarra, dio a la Real la victoria ante la UD Logroñés en Las Gaunas, invadida por varios miles de sus incondicionales txuri urdin (quizá entre 3.000 y 4.000). La superioridad fue mucho más contundente que un marcador demasiado corto. Los donostiarras sufrieron cero e hicieron una especie de rondo al final, ante la incapacidad de sellar la sentencia con el segundo. Los campeones de 2021 ya están en octavos de final. Aquí hay un candidato. 

Poco que reprochar al juego y a la intención de los txuri urdin. Quizá la falta de pólvora y algo más de colmillo para buscar ese 0-2 con el que habrían finiquitado antes el encuentro. El césped no estaba para florituras, pero Imanol no lo utilizará como pretexto para justificar un resultado tan exiguo, como su colega en el Real Madrid. Nueva exhibición de juego y talento de Brais, otra oportunidad aprovechada por Navarro, 13 minutos más de juego para Oyarzabal y a soñar y a pensar en el encuentro ante el Almería del domingo. 

Siete cambios en el ‘once’

Imanol perdió a Cho antes del partido por unas molestias e introdujo siete cambios en su ‘once’ inicial con respecto al que ganó ante Osasuna, aunque la Real, con futbolistas como Le Normand, Merino, Brais o Sorloth en cancha, no perdió un ápice de su potencial. Quizá lo más relevante fue que el técnico retomó  el rombo y el 4-4-2, tras la pasajera infidelidad con el 4-3-3 del pasado sábado,  con Brais haciendo de Silva en el vértice, Illarra en paralelo a Merino, Guevara de ‘4’ y Navarro abriendo espacios a Sorloth en punta de lanza. Imanol quiere la Copa otra vez.

Le costó a la escuadra txuri urdin demostrar quién era el poderoso, el aspirante a Champions en Liga, y quién un Primera RFEF en descenso, entre otras cosas por que la UD Logroñés salió valiente y respondón, con una propuesta descarada de jugar el balón. No creó ocasiones, pero los centros de Iñaki por la izquierda sí que sembraron incertidumbre a una zaga a la que le costó ajustarse, entre otras cosas porque el irregular césped envenenaba el bote y la dirección del balón. 

La Real comenzó a amenazar gracias a la pujanza y la calidad de Aihen Muñoz por el costado izquierdo -tenía el hambre acumulado de 80 días sin jugar- y las apariciones de Brais, que primero vio cómo su volea a gol era abortada por un defensa y luego, que Sorloth cruzaba en exceso con la diestra tras su sensacional asistencia, y, por último, que Navarro cabeceaba con mucha intención cerca del ángulo su envío con rosca de falta. 

Golazo de Navarro

Nada pasa sin el control de calidad y gestión, la ISO 9001, del gallego de Mos, que está gozando de un momento de absoluta plenitud futbolística. De hecho, fue capaz de anotarse otra asistencia, la octava de la temporada, sin necesidad de tocar el cuero. Otra genialidad para su catálogo en txuri urdin. Illarra le detectó en posiciones intermedias y Brais parió un gol con el instinto de simular un control y dejar pasar el esférico para resquebrajar todo el dispositivo defensivo. Marcó un bullicioso Navarro con la zurda ante Gonzalo gracias a la asistencia fantasma mágica del ex del Celta. De nuevo el catalán, dando el primer sorbo a la Copa, como en Coria, como en Cazalegas. Qué manera de aprovechar sus minutos. 

Tras el descanso, la Real salió decidida a sentenciar y comenzar a pensar en el encuentro ante el Almería, pero no halló la suerte suprema y la incertidumbre comenzó a cobrar peso con el paso de los minutos. Fue Merino, por partida doble, el que acarició el segundo, pero en ambas ocasiones se topó con un inspirado Gonzalo. En la primera acción,  el navarro peinó hacia atrás otro caramelo de Brais y en la segunda, remató con la diestra tras un pase de la muerte de Sorloth, autor de una jugada maestra con quiebro incluido. 

Gol mal anulado a Sorloth 

Entró el choque en una fase de cierto estupor en el que la UD Logroñés parecía querer opositar a la gesta de remontar, pero no le alcanzó la calidad. Quedaba la demostración de lo mal árbitro que es González Fuertes, que pita siempre en un estado de máxima excitación, en este caso pésimamente ayudado por su asistente. Marcó con la diestra Sorloth, habilitado por medio metro tras otro regalo para la vista de Brais. El auxiliar lo anuló por un fuera de juego ridículo por inexistente. 

Con los cambios, más que profundidad, el equipo ganó poso y empaque. Oyarzabal saltó al campo en este caso en el minuto 81, y no en el 86′ y de nuevo para jugar como ‘9’, reemplazando a Sorloth. La afición, que ocupaba una grada entera,  se lo estaba pasando igual de bien que con una goleada. El mítico ¡gol en Las Gaunas! fue de Navarro y alcanzó para ganar y plantarse en octavos de final de la Copa del Rey.