0-2: Paseo de la Real en Chipre para sellar el pleno en Europa

La Real ya es el mejor equipo de los 32 de la Europa League, el único que ha logrado el pleno de puntos en todos los partidos. Su paseo por la isla de Chipre ante el Omonia confirma una trayectoria impecable en la segunda competición continental, aunque ni los 15 puntos de 15 ni su insultante superioridad le garantiza de momento ser primera.  Los goles de Navarro y Brais Méndez firmaron un triunfo sencillo, que permitió a los de Imanol mantener su privilegiada posición, rearmarse anímicamente tras perder en Valladolid, descansar con balón durante la última media hora para el choque del domingo ante el  Betis y probar a jugadores que tienen que ser alternativa al carro de lesionados, porque la Real terminó el choque con nueve heridos.

Para coronar un triunfo hermoso sin Sorloth, sin Silva y sin la habitual nómina de lesionados, la Real acabó con nueve canteranos -utilizó 11 en total-, dos de ellos debutantes esta misma semana: Marín y Magunazelaia. Y además, cero minutos para Zubimendi y Le Normand, que llegarán frescos al domingo. Otro jueves de fiesta en Gipuzkoa.  Para ser primera, vale con ganar, empatar y hasta perder por la mínima ante el Manchester United el próximo jueves en Anoeta (18. 45 horas). 

Seis cambios en el ‘once’

Todo apuntaba a que Imanol, por el cansancio acumulado por sus mejores hombres y la locura del calendario, iba a llevar a cabo una revolución en su equipo; pero se quedó en retoque. Seis cambios con respecto al partido de Valladolid y dos nuevas ausencias forzosas, la del siempre añorado cuando falta Silva y la de Sorloth, fuera de la lista tras recaer en el avión hacia Chipre de su gripe.  

Los realistas sacaron el martillo pilón, pero la punta resultaba ser de plastilina. Con Guevara detrás de una línea de cuatro formada por Kubo, Merino, Illarra y Navarro, más Karrikaburu en punta de lanza,  los realistas llegaban a dominar de tal manera que en lugar de un partido europeo parecía el estreno copero ante el Cazalegas toledano. No obstante, la mezcla de la falta de dinamismo de los jugadores realistas y un césped infame en el que balón parecía tropezarse y no rodar provocaba que ese dominio absoluto no se tradujera en ocasiones.  

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Un inspirado Pacheco daba un recital de pases largos por tierra y aire y Merino, el único de los diferenciales sobre el campo, asumía su misión robando y pasando en profundidad, pero las ocasiones sólo cayeron en robos en lamentables pérdidas locales en la salida de balón. Un chut de Kubo tras un robo del mismo japonés salió coqueteando con el palo y Navarro, perfectamente habilitado de primeras por Karrikaburu, pifió el disparo de forma escandalosa ante Uzoho. 

Estas tempranas ocasiones desperdiciadas enfriaron un tanto el frenesí realista y una mala caída de Kubo, dañado en el hombro, encendió las alarmas y las preocupaciones.  Sin atisbo de peligro en área propio, los txuri urdin volvieron a tocar a rebato mientras los ecos de los sonidos del gol ya llegaban desde Manchester. Navarro con un intento flojo y Karrikaburu ensuciaron los guantes del portero, pero fue Navarro, en la última jugada del primer tiempo, el que por fin pudo colocar el esférico en un lugar inaccesible para el nigeriano Uzoho. 

La conducción y el cambio de orientación de Zubeldia ya aventuraban un final con sabor a chocolate. Illarra controló, se limpió de su par amagando el pase a Rico y creó una obra de arte de centro -casi una declaración de amor- con rosca al área, adonde irrumpió con rabia acumulada Navarro para cabecear certeramente con el tupé. ‘Txitxarro’ en la última jugada del primer tiempo.

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Brais se harta a besar el santo

Imanol planteó un doble cambio al descanso: el joven Marín por el lesionado Kubo y el previsto en el guion: Brais por Merino. Y no tardó nada el gallego en seguir dando lustre a un inicio inmejorable de su aventura en la Real. Buscó la escuadra en un libre directo y poco después dejó su séptima muesca de la temporada con un chut seco, soberbio, a media altura. No tardó nada en armar el disparo tras el pase atrás de Navarro, que tuvo el coraje  y el amor propio de recuperar un balón que había perdido tras un gran quiebro entre dos. Era el minuto 59 y el plan salía perfecto. Era la hora de pensar en el partido del domingo ante el Betis. 

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Como ya hizo con el 0-2 ante el Sheriff , la Real comenzó a practicar un fútbol control, a esconder el cuero para no ser herido renunciando a hacer más sangre y a hacer descansar a los activos que necesitará dentro de tres días, como Rico.  Imanol también aprovechó para hacer debutar a otra joya de la cantera, Jon Magunazelaia, el 18º ‘potrillo’ al que bautiza el oriotarra. 

 Y efectivamente no pasó casi nada más. Alguna diablura de Marín y dos sustos al final del cuadro local. Ansarifard obligó a lucirse -e intervenir por primera vez- a Remiro y  una pared dentro del área y el chequeo de un posible penalti de Zubeldia a Ansarifard que no fue.  

Qué bien sienta Europa a la Real. Falta la guinda. Vaya partidazo el próximo jueves.