0-5: El Barcelona golea sin piedad a un triste Alavés

Se acaba esta liga para un Alavés que llevaba tiempo pidiendo la hora, concretamente desde que ganó a la Real Sociedad en la 29ª jornada el 18 de junio. Desde aquel día, los últimos nueve partidos han sido una desesperante y brutal caída libre que se llevó por delante a Asier Garitano. Menos mal que, con la llegada de López Muñiz, el equipo sacó fuerzas de flaqueza para salvar la categoría.

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El Alavés confirmó los peores presagios y, apático y muy vulnerable hasta el descanso, se vio desbordado por la exhibición blaugrana en un gran primer tiempo de los de Leo Messi. El argentino, que ayer logró dos goles y su pase de gol número 21 en esta competición, da un gran paso para ser pichichi y bate el récord histórico de pases de gol del torneo.



Enfrente, la constatación del comatoso estado de un equipo albiazul a la deriva que, para colme de males, acabó el choque encajando cinco goles, con Roberto una vez más como el mejor, y con uno menos con la lesión de Martín en el 86. Una vez más, fue incapaz de disparar ni una sola vez con peligro entre los tres palos.

A placer

La escuadra culé sacó los colores a un cuadro vitoriano que no ésta para excesos. En 45 minutos de primoroso y rápido juego, mandó tres balones a los palos y marcó tres goles. Enfrente, el Alavés, muy pasivo, se vio superado y pagó su pasividad y excesiva lentitud en defensa.

Los de López Muñiz, que se desgañitó sin éxito desde el banquillo, no tuvieron opción en ningún momento. El festival blaugrana arrancó en el minuto 3 de un duelo jugado con un calor asfixiante, con una temperatura superior a los 30 grados. Nada más arrancar, Riqui Puig, magistral ayer, mandó el primer aviso tras estrellar un violento derechazo contra el larguero.

Jugaba a placer el Barça, que prosiguió su monólogo en el minuto 10, cuando Ansu Fati cruzó demasiado su disparo tras colarse en el área. En el 12, Arturo Vidal aprovechó otra genialidad del joven Riqui Puig para con un potente derechazo, estrellar de nuevo el esférico contra el larguero.

No dio tregua el Barça y, en el 15, Messi hizo temblar el poste con un contundente zurdazo desde la media luna del área.

Un disparo de Manu había sido el único balance ofensivo gasteiztarra en esta primera parte de pesadilla. Tanto insistió el equipo de Setién que, en el 23, encontró el merecido premio del gol. Ansu Fati, en una inteligente diagonal, ganó la partida a toda la defensa rival, dormida, para recibir un balón de Messi desde la derecha y establecer el 0-1.

En el 33, emergió de nuevo Riqui Puig, que conectó con Messi para que el argentino diera un nuevo paso en su carrera por el pichichi logrando el 0-2.

Roberto emergió para que el escarnio no fuese mayor. En el 41, mandó a saque de esquina con una buena mano un testarazo de Arturo Vidal. Antes, en el 26, ya había salvado a su equipo en un mano a mano a Luis Suárez, que ganó con suma facilidad la espalda a la defensa tras, como no, otro fantástico pase de Riqui Puig.

Trató de responder el cuadro vitoriano en el 43 con una buena jugada de Oliver Burke, pero ni Joselu ni Lucas Pérez estuvieron atinados para rematar.

Al filo del descanso, en el 44, Messi originó el 0-3 tras colar un balón por encima de la defensa a Jordi Alba, que centró al área para que Luis Suárez marcara a placer.

Más impotencia

En la segunda mitad, el Barça levantó el pie e hizo lo justo para marcar otros dos goles casi por inercia y elevar un hiriente 0-5 en el electrónico.

Bajo un calor sofocante, el cuadro de Setién guardó fuerzas para la Champions y el de López Muñiz siguió derrochando impotencia. Pudo marcar Joselu en el 82 con un testarazo que se marchó fuera por poco. Antes, en el 47, Pere Pons falló con estrépito un claro remate con asistencia de Joselu, el único delantero alavesista con las ideas claras en este horripilante tramo final de temporada.

Para colmo de males, en el 86, con los cinco cambios ya realizados por López Muñiz, Martín se lesionó en la rodilla y dejó a su equipo con diez.

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