Pese a caer por la mínima ante Boca Juniors en el partido revancha de semifinales disputado en La Bombonera, River Plate hizo valer el 2-0 de la ida, se impuso así en la serie, obtuvo un billete a una nueva final de Libertadores y confirma que en esta era, la de Marcelo Gallardo como entrenador, el dominio sobre su eterno rival es absoluto.
El gol firmado por Hurtado en el 79’ no fue suficiente para que los ‘xeneize’ pudieran torcer el rumbo de esta ‘semi’, que había quedado claramente encaminada a favor de los ‘millonarios’ tras el choque de ida.
Con este nuevo logro, el ‘Muñeco’ suma su quinto éxito sobre el conjunto boquense en instancias a eliminación directa, tercero por Libertadores, con el recuerdo muy fresco de la final del Bernabéu, disputada el pasado 9 de diciembre.
La Bombonera impulsa a Boca
Impulsado por una Bombonera repleta que le brindó un recibimiento impresionante (el inicio del duelo se demoró un cuarto de hora para limpiar la cantidad de papelitos que cayeron sobre el campo), y por supuesto por el resultado adverso con el que arrancaba esta revancha, Boca mostró sus intenciones desde que el balón echó a rodar.
Bien adelantado en el terreno y luchando cada bola como si se tratara de la última, el local tomó el dominio en el arranque del partido en base a entrega, valentía y determinación, aunque le faltó un ‘pequeño’ detalle: el juego. Sin circuito y con escasas conexiones entre centrocampistas y delanteros, lo suyo pasó por pelotazos largos para generar faltas y así intentar explotar los balones quietos, una de sus mayores virtudes.
River, por su parte, supo resistir ese vendaval inicial de su oponente, de a poco fue ganando la posesión en el centro del campo y en varias ocasiones llegó a aprovechar los espacios que los ‘xeneize’ dejaban a espaldas de su zaga, sobre todo por el sector izquierdo del ataque visitante. Casco y De La Cruz rompieron un par de veces por esa banda y llegaron bien al fondo, pero sendas jugadas acabaron diluidas como también una muy buena incursión de Borré por la derecha.
Enfrente fue el joven Almendra el más destacado en la primera mitad, y a partir de varias faltas generadas por él y también por un activo Salvio, los dueños de casa expusieron el que tal vez sea el punto más débil de un equipo que tiene muy pocos: el juego aéreo defensivo. Por esa vía, y siempre desde el pie derecho de Mac Allister, Boca tuvo dos chances muy claras, un gol anulado al propio Salvio por mano previa de Mas y una intervención magistral de Armani para evitar un gol en propia puerta de Enzo Pérez.
Últimos diez minutos de pura tensión
En el complemento cambiaron algunos nombres –los tres delanteros que el ‘xeneize’ tenía en el banquillo terminaron en campo- pero la tendencia fue la misma y el duelo, lejos de ganar en intensidad y emoción, se fue hundiendo en la monotonía y el aburrimiento, al punto que hasta que llegó el tanto de Hurtado, prácticamente no hubo opciones sobre las porterías.
El tanto del joven venezolano -otra vez a partir de una pelota parada- entregó un tramo final donde los nervios y la tensión se hicieron protagonistas exclusivos. Boca lo intentó con tanta desesperación como confusión, mientras que River supo mantener la compostura para defender su ventaja hasta el silbatazo final.
Con la posibilidad histórica de ser bicampeones de América y alzar su quinta Copa, los ‘millonarios’ disputarán la final de Santiago de Chile el próximo 23 de noviembre contra el vencedor del choque brasileño entre Flameng
o y Gremio.
FICHA TÉCNICA
Boca Juniors: Andrada; Buffarini, Lisandro López, Izquierdoz, Mas; Salvio, Marcone, Almendra (Zárate 61’); Mac Allister (Villa 81’), Tevez y Ábila (Hurtado 61’). Entrenador: Gustavo Alfaro.
River Plate: Armani; Montiel, Martínez Quarta, Pinola, Casco (Paulo Díaz 71’); De La Cruz, Palacios, Enzo Pérez, Nacho Fernández; Suárez (Scocco 81’) y Borré (Pratto 67’). Entrenador: Marcelo Gallardo.
Amonestados: Mac Allister, Marcone, Fernández, Tevez, Pérez, Díaz, Martínez Quarta
Árbitro: Wilson Sampaio (Brasil).
Estadio: La Bombonera.
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