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1-1: Messi se hace cargo de Argentina, pero no es suficiente

No resultó una noche completa para Messi. La pidió siempre Leo. Trató de llevar de la mano a su Selección, aportando mucho más en la conducción que pisando el área, buscando ordenar inclusive en plena celebración del gol. Vaya si se hizo cargo: completó los 90 minutos a pesar de la molestia en el tobillo y aunque el fin de semana en el Barcelona había jugado sólo un tiempo. Dejó todo para darle una mano a Argentina, pero no hubo caso. No tuvo ni grito propio ni victoria. Es que Argentina, en su tercera aventura en las Eliminatorias Sudamericanas, se quedó solamente en el empate frente a una intrincada Paraguay (1-1).

No fue una historia sencilla. Sufrió la etapa inicial la Selección de Leo. Levantó tras lograr el empate, pero no le alcanzó para ganar. Todo porque le faltó juego. Careció de claridad en el tramo final del campo. Le costó dibujar ocasiones de gol claras.

Le ofreció Scaloni a Messi un contexto interesante. Lo rodeó de muchos futbolistas ofensivos. Desde atrás, para asociarse en la elaboración, Paredes con De
Paul y Palacios. Como centrodelantero, Lautaro
Martínez. Por la banda izquierda, Lucas
Ocampos. También una inserción que representó la máxima sorpresa en los once iniciales. Es que por la lesión de Tagliafico, el marcador lateral izquierdo del Ajax, el técnico eligió incluir partiendo desde esa posición a Nicolás González, habitual delantero del Stuttgart, formado en la fabulosa cantera de Argentinos Juniors.

Claro que la abundancia de intérpretes no derivó en un escenario saludable para Messi. Hubo muchos nombres insinuantes, pero un mínimo funcionamiento. También un rival como Paraguay, que propuso una presión alta importante, cortó líneas de pases y supo incomodar a Argentina.

Encima, cuando se jugaba mucho más el partido imaginado por Berizzo que por Scaloni, encaró Almirón combinando velocidad y habilidad, dejó a tres hombres en el camino y Martínez Quarta lo volteó. Fue una falta parecida a la que un ratito antes le habían cometido a Leo cerca del área paraguaya y el árbitro no había cobrado. La cuestión es que el penal lo hizo gol Angel Romero ejecutándolo con clase, a un rincón, engañando a Armani.

Era complicado el panorama. Messi debía bajar demasiado a buscar la pelota porque no la encontraban ni Paredes ni Palacios ni De Paul. No pesaba Ocampos, quien se superponía en la izquierda con Nicolás González y recién se mudó a la derecha después de la media hora. Quedaba aislado Lautaro.

Argentina sólo amenazaba con Nicolás González, con un par de proyecciones y centros que no encontraron receptores en el área. Pateó De Paul desde afuera desviado. Hubo un tiro libre de Messi en la barrera. Argentina rodeaba, pero no profundizaba. Abusada del juego central, donde Paraguay acumulaba varios hombres. No cambiaba el ritmo. No explotaba la Selección por los laterales.

En ese contexto, casi sin episodios de gol y con ínfima acción en las áreas, de repente, a la salida de un córner pateado por Lo Celso, que a los 30 había reemplazado al lesionado Palacios, surgió con un salto celestial Nicolás González. Ese chico de 22 años, que juega de extremo o de centrodelantero en el Stuttgart y que Scaloni arriesgó situando de lateral izquierdo, además lastima en el juego aéreo con su 1.80 metros de estatura. Paraguay lo comprobó: arrasó con el envión a Robert Rojas y la clavó bien arriba. Tanto le venía costando el partido a Argentina que, en medio de la celebración de ese empate menos pensado, con todos abrazados, como capitán que es, ¡Messi dio una semi charla tratando de ordenar diversas cuestiones!

Fue un gol en el momento justo. Tranquilizó a Argentina, que creció en el segundo tiempo. Lautaro remató desviado de entrada. Le anularon un gol a Messi, que había resuelto abajo después de la mejor construcción de la noche, con una colección de toques recorriendo distintos sectores de la cancha. La culpa fue del VAR que detectó una infracción nítida de Nicolás González contra Angel
Romero en el inicio de la acción, mucho tiempo antes de la definición pero siempre dentro de la misma jugada.

Messi trataba de guiar al equipo. Lo Celso ya había mejorado a la Selección. Entró el regresado Di María por el apagado Ocampos (¿le habrá pesado la presencia de Fideo en el banco?) para seguir ocupando el costado derecho, en su caso con perfil invertido. El zurdo del PSG le puso un buen centro a Lautaro, quien cabeceó al medio del arco. Por el otro lado, por la izquierda, Nicolás González se movió ya casi como un extremo.

No pudo celebrar su gol Messi tampoco de tiro libre. El segundo que tuvo se lo desvió el arquero Antony Silva antes de que pegara en el travesaño. Sucedió en esa media hora final en la que Argentina proponía y Paraguay, muy lejos de aquella actitud desafiante del principio, sólo esperaba soñando con algún contraataque.

No hubo caso. No les alcanzó ni a Messi ni a su Selección. Hubo un par de señales individuales que suman, como el atrevimiento y la versatilidad de Nicolás González, más el buen rato de Lo Celso. Sin embargo, falta funcionamiento. Leo se hace cargo. Todo lo intenta. Avanza hacia su quinto Mundial con 7 puntos sobre 9. Los resultados acompañan, pero el equipo aún no aparece. El martes, en Lima, contra Perú, ¿aparecerá?

Ficha técnica

Argentina: Armani; Montiel, Martínez Quarta, Otamendi, Nico González; De Paul (Alario, 83’), Paredes, Palacios (Lo Celso, 29’); Messi, Lautaro Martínez (Domínguez, 83’) y Ocampos (Di María, 60’).

Paraguay: Silva; R. Rojas, Balbuena, G. Gómez, Junior Alonso; Cardozo, Villasanti (Morel, 74’), Gastón Giménez (Rojas, 85’); A. Romero (Sanabria, 85’), Lezcano (Hernán Pérez, 74’) y Almirón (Almerete, 91’).

Goles: 0-1, A. Romero (pen) (21’); 1-1, Nico González (41’).

Árbitro: Raphael Claus (BRA). Amonestó a A. Romero (30’), De Paul (46’), Cardozo (47’), Hernán Pérez (76’), Montiel (78’), Almirón (91’).

Espectadores: 0 en La Bombonera.


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