El Alavés se hace grande y saca los colores a un Real
Madrid que, sin Sergio
Ramos ni Benzema, es otro. El proyecto de Pablo
Machín se consolida y alcanza ya la mayoría de edad en un duelo en el que su equipo fue letal a la contra, pero no materializó sus ocasiones y acabó sufriendo. Así, aunque pudo lograr un triunfo holgado, convirtió el tramo final de cada tiempo en una agonía. En el 83 Lejeune sacó un balón bajo los palos con Pacheco batido y, en el 96, Isco, con 1-2, estrelló un balón contra el larguero.
Este gran paso adelante demuestra que la simbiosis entre el técnico soriano y sus pupilos ya es total. Encadena el equipo cinco jornadas sin perder, en las que ha sumado nueve puntos, y continúa su fuga de la zona del descenso.
La escuadra albiazul rozó la perfección en la primera media hora. Muy valiente en la presión, adelantada cuando podía, impidió a un sorprendido cuadro local crear peligro y supo buscarle los espacios, sobre todo por la izquierda con las carreras de Luis
Rioja, para acercarse a la portería de Courtois.
Hizo daño también el equipo a balón parado y, en el minuto 4, en un córner, Cordero
Vega pitó un claro penalti por mano de Nacho tras remate de Laguardia. Lucas
Pérez, muy incisivo en el arranque, aprovechó para establecer el 0-1 desde el punto fatídico.
Posible penalti y Rodrygo
Las contadas ocasiones merengues llegaban fruto de errores babazorros. En el 21, Eden
Hazard robó un balón a Battaglia y, tras recortar en la medialuna, ejecutó con dureza un disparo que despejó Pacheco. En el rechace, Rubén
Duarte le tocó y el delantero cayó en el área, pero Cordero
Vega y el VAR pasaron por alto el posible penalti.
El VAR y el colegiado beneficiaron a los albiazules en una primera parte en la que también pasaron por alto una jugada con un claro tirón de pelo de Laguardia a Marcelo.
Cerraba muy bien los espacios con dos líneas y de cuatro y pudo lograr el 0-2 en el 24. El coruñés aprovechó un balón largo tras robo para plantarse sólo ante Courtois, pero el belga adivinó su intención de hacerle una vaselina y despejó el remate. En esa jugada, el gallego estuvo muy atento y Toni
Kroos se quedó rompiendo el fuera de juego.
La entrada de Rodrygo por lesión de Hazard cambió el encuentro a partir del minuto 28. El Alavés acusó el desgaste de su gran trabajo y el Real
Madrid se volcó sobre la portería de Pacheco. Hasta el descanso, sufrió lo indecible, pero Pacheco se erigió en salvador. Modric adelantó su posición buscando el uno contra uno contra Lejeune o Rubén
Duarte y, además, el cuadro gasteiztarra perdía pronto el balón incapaz de superar la presión rival.
Así, en el 38, Toni
Kroos robó a Lejeune en una acción precedida de falta de Rodrygo, pero el teutón, sólo en el área, se topó por dos veces con el meta babazorro, que respondió con dos grandes paradas a su doble remate. En el 40, el pacense blocó con seguridad un testarazo muy centrado de Mariano.
Muchas contras
En la segunda mitad, con las fuerzas recuperadas, el cuadro gasteiztarra volvió a hacerse con el partido. En el 58, Joselu, de manera muy inteligente, adivinó un mal pase de Courtois ante la intensa presión albiazul y estableció el 0-2. El meta belga, pese a encajar dos goles, fue el mejor de su desangelada escuadra.
Con esta amplia ventaja, el Alavés disfrutó a la contra mientras le duró el físico, pero no acertó a matar el partido. Fue el único pero a una jornada histórica y perfecta. Ni Lucas
Pérez en el 64, ni Joselu en el 69, ni Javi
López en el 89, lograron sentenciar en la exhibición de contragolpes.
Las mejores imágenes del Real Madrid Alavés
Zidane metió a la desesperada a Isco, Odegaard y Mendy y el partido se partió. Los diez minutos finales, con los babazorros ya extenuados, fueron una larga agonía. En el 83, Lejeune salvó el 1-2 bajo los palos. Casemiro, en un córner, acortó distancias en el 86 y, en el 96, en el último suspiro, el travesaño escupió un grandioso disparo de Isco y evitó un empate que hubiera resultado injusto.
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