1-2: Triste último baile del Sanse en Segunda

La clausura de la temporada, el agur definitivo del Sanse a la categoría de plata, estuvo en sintonía con lo que ha sido todo el curso en casa: triste, desangelado, tirando a deprimente. El Zaragoza ganó con lo justo a un filial que despertó con el golazo de Ander Martín para recortar distancias, pero que repitió buena parte de las miserias y lagunas que le han llevado a la Primera RFEF: mucha inocencia y vulnerabilidad defensivas ante sólo 2.622 espectadores en un desolado Anoeta. Partido de despedidas, con lágrimas de Sangalli al ser sustituido, y de tensión por parte de un Xabi Alonso que no pudo decir agur a la Real puntuando. Colorín colorado. 

Gol maño en el minuto 1

Tampoco se jugaba mucho el Zaragoza, el sujetar una décima plaza y los miles de euros que eso supone, pero salió como si se jugara una plaza en los puestos de ascenso o evitar el descenso en su novena temporada en el desierto de Segunda. Y se llevó por delante a un Sanse sollozante. Azón remató ante Ayesa tirándose como un felino tras una sensacional jugada de Bermejo para hacer el 0-1 cuando había muchos aficionados que ni siquiera se habían acomodado. 

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El filial se fue sin demasiada prudencia a por un empate que tuvo Alkain en su cabeza tras un centro fantástico de Lobete y Clemente en su zurda en el corazón del área, pero el Zaragoza acarició el segundo en sendas transiciones terminadas por Vada. Y fue este jugador el que puso la segunda banderilla de fuego, merced a una hermosa jugada colectiva de los maños. La dejada de Sabin Merino fue medio gol.

El descanso llegó entre la desesperación de jugadores y seguidores locales. Los cambios y la salida de jugadores como Olasagasti y Garrido convirtieron en más punzante a un Sanse que buscó, de forma un tanto desbaratada, la heroica. Permitió que la desventaja siguiera siendo de dos goles un inspirado Ayesa, que evitó el tercero manteniéndose en pie en un mano a mano con Azón.

Golazo de Ander Martín

El gol de Ander Martín dio lugar al último momento de celebración en Segunda, el baile de espaldas. El ‘txitxarro’ lo mereció. Cambió de orientación con precisión y determinación Olasagasti y al goleador le valió un toque para controlar y zafarse de Bermejo para batir a Ratón de tiro potente elevado por el primer palo. Tocó en un defensa. 

Era el minuto 65 y la reacción parecía posible, pero no lo fue, porque al Sanse, el desahuciado, le faltaron energías para la gesta. Rozó el Zaragoza el 1-3 en varias ocasiones, pero no se inmutó un marcador triste, como ha sido toda la temporada del filial en Anoeta. Hasta pronto.