De cuando en vez, cuando los clubes cotizan en Bolsa, indistintamente del país que se trate, salen a la luz las cantidades exactas de los traspasos. Así ha sucedido en el fichaje de Joao Félix por el At. Madrid porque el Benfica ha tenido que facilitar todos los datos económicos de la operación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
De esta forma nos hemos enterado de que una transacción más o menos sencilla porque el jugador tenía una cláusula fijada en 120 millones se ha saldado con una comisión para los intermediarios que han trabajado en las negociaciones de 12 ‘kilos’. O lo que es lo mismo, un diez por ciento del montante de la operación.
Además de felicitar a los beneficiarios que ingresan en sus bolsillos esa cantidad de dinero, hay que preguntar si una tratativa como ésta no se podría cerrar directamente entre los dos clubes sin mediadores de ningún tipo. Algo sencillo, como el matrimonio.
-Yo, Atlético de Madrid te pago los 120 millones de la cláusula de rescisión estipulada en el contrato de Joao Félix.
-Yo, Benfica recibo la cantidad en cuestión y te deseo la mejor de las suertes por el jugador que te llevas.
Parece ser que no. La ceremonia ha costado 12 millones que paga el comprador.
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