Como el Girona juega para su estrella y la estrella es delantero de pura cepa, al Sanse no le quedó mucho más remedio que agarrarse a su portero. Estuvo cerca Andoni Zubiaurre de salir de Montilivi como un héroe. Sólo de penalti le pudo batir Stuani, un cañonero al que la categoría de plata le queda dos o tres tallas pequeña. Como si se intentara atar una corbata que le estruja el cuello.
Y eso que Zubiaurre también se estiró con aires de gran portero en el penalti que rompió las tablas. Se lanzó a su izquierda, voló, pero Stuani había ajustado el lanzamiento a la cepa de la madera. Para entonces, cuando corría el minuto 63, el guardameta del Sanse había abortado cinco opas hostiles del Girona. Dos de ellas al estilete uruguayo, convirtiendo la tarde en un pulso personal de delantero contra portero. Pero Stuani fue demasiado hasta para un Zubiaurre colosal.
Ni siquiera el método por el que apostó Xabi Alonso de juntar a tres centrales para rodear a Stuani impidió que el charrúa cada centro que descargaba el Girona desde las bandas. El plan local escondía pocos secretos para la cantidad de apuros que pasaron Blasco, Urko y Clemente en el eje de la defensa. Zubiaurre atrapó con seguridad los dos primeros remates de Stuani. Y se lució con un paradón felino ante el botepronto que Baena cazó a bocajarro.
Sentenciados a la contra
Salvado de la quema por su portero, el Sanse sobrevivía más que disfrutaba en Girona. Entre un bombardeo catalán y otro, a Turrientes se le ocurrió inventarse la mejor ocasión txuri urdin. El de Beasain filtró un pase a Navarro que terminó con un disparo pusilánime de Lobete. Otro remate, en posición más forzada, del lezotarra a centro de Sola pudo ser el preámbulo de una segunda parte diferente, pero nada más lejos de la realidad.
Urko González de Zárate cometió un penalti indiscutible y Stuani ganó la partida a Zubiaurre a media hora para el final. A los 10 minutos pudo empatar Alkain, con un disparo desde dentro del área que rozó el larguero. Se animó el filial, mejor con la entrada de Olasagasti por Lucva Sangalli. Abrirse costó la sentencia, ya que el Girona tumbó a los realistas en una contra de libro. Una conducción de Arnau y su extraordinario pase sirvieron en bandeja el gol a Bustos en el minuto 80.
La mejor característica del Sanse volvió a ser su calidad con el balón en las botas, pero ser tan cándidos atrás será sinónimo de descenso. El desenlace contrario ya es un milagro. Seguir acumulando experiencia contra jugadores como Stuani para hacer una Real mejor el día de mañana es un objetivo más razonable.
Girona: Juan Carlos; Valery (Lozano, min. 67), Arnau, Bernardo, Juanpe, Jairo, Sánchez, Baena (Farrés, min. 77), Martín, García (Sáiz, min. 82), Stuani (Bustos, min. 76).
Sanse: Zubiaurre, Blasco, Urko (Valera, min. 85), Clemente, Gómez, Sola, Turrientes, Sangalli (Olasagasti, min. 64), Navarro (López, min. 85), Lobete (Karrikaburu, min. 73), Alkain.
Goles: 1-0: Stuani, de penalti (min. 63); 2-0: Bustos (min. 84).
Árbitro: De la Fuente Ramos. Amonestó a los locales García y Juanpe; y a Clemente, Sola y Gómez en el Sanse.
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