A la sexta llegó la vencida y el Eibar le venció por fin al Atlético de Madrid. Con un partido muy serio y tirando de oficio propició un merecido e histórico triunfo ante todo un transatlántico del fútbol.
Mendilibar decidió variar su dibujo táctico y puso en liza de inicio un 1-4-2-3-1. Así jugó en el Metropolitano e hizo una buena actuación. En Ipurua la repitió. Burgos y Orellana, que regresaba al campeonato liguero tras sus tres partidos de castigo entraron por el sancionado Paulo y Charles respecto a la última jornada en Mestalla.
El partido arrancó muy intenso y los locales fueron imponiendo su ley poco a poco. Pedro León dio el primer avisó con un tiro envenenado desde la banda izquierda que Oblak sacó con apuros a córner. En el remate Enrich remató forzado, pero volvió a inquietar al portero esloveno.
En el minuto diez fue Orellana quien forzó otro saque de esquina que esta vez sí acabó en gol. El envío de Pedro
León lo peinó Enrich y Burgos, solo en el segundo palo perforaba las redes rojiblancas. Les habían sorprendido en una de sus especialidades, en la estrategia. El árbitro anuló la jugada interpretando que el central estaba en posición antirreglamentaria, aunque el VAR validó el tanto para alboroto del público eibarrés. Nunca había visto a su equipo adelantarse frente a los madrileños.
La mejor ocasión visitante llegó a los 15 de juego cuando un error en el pase de Cote, que sufrió mucho en defensa hasta el descanso, terminó en los dominios de Joao
Félix. Su disparo lo sacó a córner Dmitrovic con una intervención providencial.
Mediada la primera parte los armeros pudieron aumentar su renta un par veces. Bigas obligó que Oblak se luciera con un lanzamiento lejano y poco después Inui cazó sin oposición un centro largo de Tejero y su volea la rechazó la zaga.
No bajaba el ritmo y acto seguido Vitolo ganaba la línea de fondo para asistir a Correa, si bien el extremo argentino estaba desprevenido y no conectó bien con la pelota cuando lo tenía todo a su favor para establecer la igualada momentánea. Ambos laterales fallaron en esta acción.
Aun así, la retaguardia azulgrana apenas tenía fisuras gracias a un imperial trabajo de los centrales. Hasta el intermedio el conjunto dirigido por Simeone se estiró buscando equilibrar la balanza. No lo consiguió sobre la bocina en una pequeña indecisión que acabó con Vitolo, Correa y Dmitrovic por el suelo y el esférico fuera del campo cuando los atacantes estaban en una situación muy ventajosa.
Tras la vuelta de los vestuarios el escenario cambió y a los anfitriones les tocó pasarlo mal. Arias chutó desviado y Correa alto aprovechando un balón filtrado magistralmente por Vitolo. Hubo sustituciones en los dos bandos al tiempo que el Atlético apretaba. No obstante, el Eibar, bastante fundido físicamente, también tuvo sus oportunidades. Forzó algunos corners y Edu
Expósito y Charles pudieron sentenciar. Cuando el duelo agonizaba el propio centrocampista catalán batía por bajo la portería rival desde la frontal desatando el delirio en el municipal. Una victoria de mucho prestigio que deja tres puntos vitales en Ipurua para seguir alimentando el sueño. Ya son 22 y el personal respira más tranquilo. Que siga la fiesta.
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