Hace ya tiempo que lo del Manchester United dejó de ser casualidad y se puede decir que Ten Hag parece haber dado por fin con la tecla que no dieron sus predecesores. En juego y en resultados, porque tras cumplir el trámite ante el Nottingham Forest (2-0) se jugará la final de la Carabao Cup ante el Newcastle el próximo 26 de febrero.
Ha cambiado todo en Old Trafford. Se nota en el ambiente. El público disfruta, está entregado y hasta redime a las ovejas negras como Jadon Sancho, que estuvo de vuelta tras ser apartado del equipo por su estado físico y otra polémica fuera del campo. Arrancó en el banquillo y cuando salió fue bien recibido, y es que todos son felices ahora en el United.
Traía los deberes hechos el cuadro red devil de la ida, en la que venció al Nottingham (0-3), y eso permitió a Ten Hag rotar a una pieza clave como Marcus Rashford, convertido en la estrella del equipo desde que se terminara el Mundial. No entró en la convocatoria Marcel Sabitzer, que llegó el martes como cedido por el Bayern, pero tampoco se le necesitó.
Como ya es costumbre, el United fue dominador del juego y pese a su ventaja quiso ir a por el partido. No especuló, buscó rápido a sus atacantes y lo único que se echó de menos fue algo de finura en esos metros finales donde se juega todo.
Pocas noticias hubo del Nottingham. No porque no quisiera, porque sus ataques rápidos fueron precipitados en ocasiones y en otras demasiado solitarios. Se desgastó en presionar y sucumbió en el segundo tiempo, en el que pareció haber el doble de jugadores del Manchester sobre el campo.
Se empezaron a dar las ocasiones cada vez con más regularidad sobre la portería de Hennessey. Garnacho y Casemiro, en dos ocasiones, fueron los que avisaron antes de que Martial, recién ingresado en el campo, se encontrara un balón perdido para hacer el primero (73′). Y en seguida se sumó otro. Pase de película de Bruno Fernandes, balón de la muerte de Rashford para Fred y tanto a puerta vacía, como si nada (76′).
Una final de la Carabao Cup que será de lo más interesante. Entre un gigante que quiere volver a serlo y un Newcastle con un proyecto tan ambicioso como millonario.