2-0: La Real arranca pisando fuerte

Fue como si los meses no hubieran pasado. Una imagen con carácter retroactivo del buen fútbol que fabricó la Real durante toda una temporada en la que el subcampeonato se cimentó en la efectividad, vinculante a la bella factura o la intensidad. La superioridad sobre casi todos los rivales como resultado, exactamente igual que en la presentación de credenciales que la afición disfrutó en la soleada tarde de Zubieta. Los espectadores comprobaron que la vida en el Z7 sigue igual: la Real ganó, convenció, superó al Villarreal con autoridad y Nerea Eizagirre se puso las botas.

Los tres primeros puntos de la temporada dibujan un estreno ideal en la Liga F. La catapulta anímica que pedían las jugadoras para la histórica cita de Champions del martes se cimentó en los resortes reconocibles de la era Arroyo. Si acaso, como matiz, algún despiste en defensa que pudo dar alas al Villarreal, pero sin consecuencias. Las del Mediterráneo naufragaron cada vez que se estiraron.

Para que Eizagirre pudiera brillar al mando de las operaciones, asumiendo el control de las acciones más peligrosas, para que la Real se impusiera a través de la posesión, para que la ventaja fuera incluso demasiado corta para las oportunidades creadas, fue crucial que la renta cogiera forma a los cinco minutos de empezar la Liga. Un arranque de ensueño, gentileza de una Jensen que se está revelando como un absoluto descubrimiento.

La noruega lleva dejando a un lado la discreción desde la pretemporada. Una fenomenal volea acreditó que sus goles veraniegos no fueron fruto del azar. Eizagirre centró y Jensen anotó con la zurda, de aire, suave y con delicadeza, como si fuera una paradita en el txoko desde el cuatro tres. Nerea Eizagirre siguió deleitando con pases, conducciones y un quiebro dentro del área que Gaby remató al cielo.

Si el partido fue un calco del año pasado, el segundo gol de la Real tuvo la misma virtud del primero: fue nada más comenzar el segundo acto. Eizagirre botó un córner que Lara Mata despejó a su propia portería. Lete desvió con apuros el centro más peligroso del Villarreal y acto seguido fueron perdonando el tercero Gaby, Franssi y Gemma, que estrelló en el larguero una jugada de estrategia. La Real ganó y lanzó una advertencia al Bayern: la vida sigue igual.