España tumbó a Bélgica y salvó el primer ‘match ball’ en un partido angustioso jugado sobre el alambre. Fornals salvó a la rojita con un tanto trascendental en el 89’ para prolongar su supervivencia en el Europeo.
El primer tiempo fue un calco de lo ocurrió en el duelo ante Italia, con la salvedad de que Bélgica era una madre en defensa, blanda y desconcentrada en su área.
Las cuatro novedades en el once respecto al estreno dieron alas a España, más vertical y mejor ordenada para llegar a zonas de remate. Como ocurrió ante Italia, la Rojita saltó al césped en plan mandón y monopolizó el cuero para anestesiar a su rival, muy perezoso para buscar la portería rival.
Con Ceballos en la base de la jugada y Olmo entre líneas, España supo templar la circulación para profundizar por las bandas gracias a la hiperactividad de Junior por la izquierda y a la astucia de Soler por la derecha.
El jugador del Valencia rompió a la zaga de Bélgica con un desmarque y desde la linea de fondo, puso un balón templado al punto de penalti para Olmo rematara de primeras e inaugurase el marcador. Si España se adelantó ante Italia en el minuto 8, ante Bélgica golpeó primero en el 7’.
Bélgica despierta
El arranque prometedor de partido dio paso a una fase de indecisión que aprovechó Bélgica en su único zarpazo del primer tiempo. El conjunto belga, fiado al poderío de su contragolpe, se entregó a un ejercicio de paciencia para que España se enredara en sus propios problemas.
El conformismo de la Rojita, satisfecha con el 1-0, hizo el resto para que Bélgica, sin asomarse al área de Sivera, se metiera en el partido. Así fue como, en el ecuador de la primera parte, Bélgica aprovechó un fallo general en las marcas de un contragolpe para poner el 1-1 en una jugada desafortunada que no acertó a despejar Soler y que embocó el central Bornauw tras una prolongación de Cools.
El tanto del empate no varió un ápice el tono lánguido del encuentro, hasta que en la reanudación Luis De la Fuente le dio la alternativa a Fornas.
El dinamismo del nuevo jugador del West Ham espabiló al conjunto español, más agresivo en la presión y en la circulación, con Ceballos de nuevo erigiéndose como el jefe de operaciones. El madridista, líder indiscutible del equipo, puso en órbita a sus compañeros y protagonizó las ocasiones más claras, con dos disparos a los postes incluidos. Orillado en la izquierda, Ceballos fue desgastando a la zaga belga a base de puro talento individual.
Intercambio de golpes
El asedio estéril angustió a España, que desperdició media docena de buenas ocasiones, desfondó a la Rojita al tiempo que alentó a Bélgica, que llegó con el objetivo de llegar viva al final del partido y con la posibilidad de lograr una victoria que también necesitaba como el comer.
En ese escenario, los diablos rojos dieron un paso al frente para convertir el tramo final en un intercambio de golpes. Pero cuando España estaba en la lona, apareció Fornals para sacarse un disparo de la chistera y mantener vivo el sueño de la Rojita. España tiene otra vida
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