La Real perdió en su segundo y último amistoso otoñal ante un Leeds más eficaz y feroz. La extraordinaria actuación de un sobresaliente Zubimendi, que adelantó a los suyos nada más empezar, y el retorno de un esperanzador Momo Cho no fueron suficientes siquiera para llevarse un empate en el frío Elland Road. La misión de foguearse y de volver sin rasguños se saldó con éxito parcial pese a la injustificable violencia con la que se manejaron los británicos en algunos lances, que llevaron a la ira a Imanol. Y es que Sola no pudo terminar el envite por mor de unas molestias musculares. La maldición no para. Toca volver, arroparse, rearmarse y ganar cuando hace falta, desde el miércoles que viene en Coria.
Tal era la acumulación de bajas, diez en total, por lesión, por prudencia, por precaución y por vacaciones, que Imanol tuvo que improvisar un ‘once’ y un sistema. Y en todo caso le salió un equipo sumamente competitivo que dio la cara desde el inicio en un helador Elland Road, que presentaba una sensación térmica de -6 grados, casi como Salzburgo en aquella aciaga noche. Cho como acompañante de Navarro arriba y Ander Martín como carrilero izquierdo en una defensa de cinco fueron los elementos más novedosos en las filas de unos txuri urdin, que saldan con un empate en casa ante el Rayo y una derrota en Leeds sus ‘bolos’ prenavideños. Empieza el baile.
Gol de Zubimendi en el ’10’
Arrancó el Leeds muy presionante y esto hizo que a la Real le costara salir y comenzar a hilvanar su juego. No obstante, pese a la gélida temperatura, no le temblaron las piernas para desarrollar su habitual fútbol asociativo desde atrás, especialmente desde un Pacheco muy liberado para avanzar.
Les costó estirarse a los de Imanol, pero cuando lo hicieron fue para clavar su primera daga de hielo a los en torno a 30.000 espectadores que se dieron cita en un espectacular Elland Road. Navarro, activo y móvil durante toda la noche, agarró el cuero pegado a la banda y forzó una falta al tratar de colarse entre dos zagueros. La ejecutó Brais con su música de gaita habitual, con rosca, el cuero se recreó en el aire antes de ir a parar a un Zubimendi desatado, que cabeceó tras agazaparse por detrás de un rival. Si empieza a marcar goles aparte de todo lo que hace, se lo pueden llevar este mismo fin de semana. Los 60 millones son un chollo.
Empate a los cinco minutos
Una vez más, como ante el Rayo, no encajó bien el golpe una Real que pareció atemorizada por perder la ventaja que le daba el gol. Y eso que no tienen más valor que el moral en un amistoso. No anduvo lejos Cho del 0-2 con una volea desde la frontal tras otra internada de Ander Martín, pero a los cinco minutos, igualó Struijk para solaz de su aterida y entregada parroquia, que no tiene otro equipo al que animar en una ciudad de 800.000 habitantes
Perdió Ander el cuero ante Kristensen sobre la línea la cal, Zubeldia despejó como pudo un centro desde la diestra y el rechace se lo acomodó Roca a Struijk, que marcó de zurdazo desde la frontal. A partir de ahí, la Real se empezó a sentir más cómoda en el campo y comenzó a protagonizar largas secuencias de pase, con un Zubimendi descomunal hallando por dentro a un alegre Silva y un Brais muy suelto con más responsabilidades y abarcando más campo.
En esta ocasión fue Silva el que estuvo más cerca de marcar, pero la pegó mordida en frente de la portería, dejando escapar por el sumidero un colosal pase de la muerte de Ander Martín. El joven donostiarra fue luego ubicado como falso nueve cuando Imanol retornó a una defensa de cuatro.
Retorno al 4-4-2 tras el descanso
Tras el descanso, Imanol quiso proteger a Zubeldia por la amarilla y a Cho por estar recién salido de una lesión y al mismo tiempo renaturalizó a su equipo incrustándolo en el habitual 4-4-2, con la extraña pareja de atacantes formada por Ander Martín y Robert Navarro, Zubimendi de ‘4’ y Guevara y Brais como interiores.
La Real controlaba el esférico, llegaba con cierta asiduidad al área inglesa y encontraba a Brais por dentro, aunque no era capaz de generar ocasiones. Y en una transición muy mal defendida, volvió a ser zarandeada por un Leeds que golpeaba dos veces en dos arrebatos. Perdió Brais, el bólido Gnonto montó la contra y Pacheco se equivocó al entregar el cuero a Rodrigo, que remató a placer.
En un ataque de orgullo, trató de reaccionar la Real en medio de las protestas de un airado Imanol por la excesiva dureza empleada por el Leeds sobre todo contra Brais. Silva se hundió en un manglar de amagos delante de la portería y Brais chutó a las nubes ante el meta, habilitado por un pase delicioso de Zubimendi.
Tras la retahíla de cambios, no hubo opción para cambiar el signo del partido. Tocaba ponerse a cubierto y no seguir alimentando la enfermería. Parecía ir todo correctamente hasta que en los minutos finales, Sola, que había salido en el minuto 73, tuvo que abandonar el terreno de juego por unas molestias musculares. Qué cruz.
Leeds: Robles (Klaesson, min.46), Ayling, Kristensen (Greenwood, min.46), Struijk, Cooper (Hjelde, min.46), Forshaw, Roca (Joseph, min.64), Klich, Aaronson (Drameh, min.46), Gnonto (Perkins, min.77) y Rodrigo (Gyabi, min.64).
Real Sociedad: Remiro (Zubiaurre min.63); Gorosabel (Sola, min.73), Zubeldia (Aritz, min.46), Le Normand, Pacheco, Ander Martín; Zubimendi (Illarra, min.63), Brais (Karrikaburu, min.63), Silva (Marín, min.63); Navarro, Cho (Guevara min.46).
Goles: 0-1: Zubimendi (min.10). 1-1: Struijk (min.15). 2-1: Rodrigo (min.57)
Árbitro: Michael Salisbury. Amonestó a Zubeldia (min. 14), Roca (min.34), Hjelde (min.59) y Aritz (min.82)
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