3-0: Noche de fiesta de una Real ya clasificada

Los jueves son de fiesta en Gipuzkoa.  La Real se está paseando por su grupo de la Europa League y ya ha certificado su pasaporte a la siguiente ronda  tras un extraordinario pleno de 12 puntos de 12 posibles del que sólo pueden presumir dos equipos de los 32 de la fase de grupos. La noche sólo la afeó el gol del United en el 93′, que obliga a la Real a seguir remando para ser primera y evitar a un equipo Champions en la eliminatoria de febrero. 

Anoeta entera, una inmensa mayoría de los 25.806 asistentes, se entregaron con fruición al baile ritual de espaldas tras los goles pintando una escena onírica, de euforia absoluta. El estado de felicidad se declaró en agosto en Donostia y sigue vigente. Los goles de Sorloth, Rico y Navarro concretaron el abrumador dominio de la Real sobre un Sheriff  que fue un convidado de  piedra en el jolgorio txuri urdin.  Fue como una ley de Murphy, pero invertida: todo lo que pudo salir bien, salió bien, salvo ese gol del United en Old Trafford. Victoria, con muchos goles, que pueden ser decisivos para ser primeros, descanso para Merino y Zubimendi, que no jugaron un solo minuto, y para Silva y Brais, sustituidos en el descanso y en el 61′, y goles reivindicativos e iniciales de Rico y Navarro.  La Real acabó con Urko, Karrikaburu, Arambarri, Navarro, Turrientes y Guevara y con sólo tres de los titulares del partido ante el Villarreal.

Cinco cambios

Imanol refrescó su equipo con cinco cambios, el más significativo el de Turrientes por un Merino que no salió en la foto de la alineación por primera vez en lo que va de curso. Significativa asimismo la presencia de Carlos Fernández, la primera en año y medio en partido oficial. Otro paso sólido más del sevillano hacia la ansiada normalidad, Feria de Abril en Donostia

El guion del encuentro fue el esperado: la Real se vio obligada a tratar de derribar un muro, ya que el Sheriff se pertrechó desde el inicio atrás,  renunciando por completo a la presión adelantada y tratando de achicar todos los espacios existentes por dentro, para anular sobre todo a Brais y Silva.  Parecía una secuela, pero de serie B, del partido ante el Villarreal. Salvo alguna escaramuza visitante bien resuelta por la zaga realista, el encuentro fue un monólogo txuri urdin, una cuenta atrás de cuándo llegaría el primero. Costó, porque el latigazo de Sorloth que abrió la lata de los transnistrios  llegó en el descuento del primer tiempo, pero hubo momentos de verdadera lucidez en el juego realista, adornado con destellos técnicos de muchos quilates que provocaron los gritos de admiración del respetable, sobre todo de un Brais Méndez sublime.  

Expulsión moldava en el 33′

Sólo la agresividad, rayana en violencia, de los moldavos afeó una plástica primera parte. El técnico Tomas instaba sin cesar a los suyos a chocar más fuerte, a hacer más sangre, hasta que se les fue la mano y la expulsión en nueve minutos por dos amarillas a Zohouri fue tan justa como esperable. Era el minuto 33. 

Antes de eso, la Real ya había destripado por dentro al Sheriff con un Silva, bien habilitado por Guevara,  en constante aparición por detrás de los medios locales  para dar lustre al juego y un Sorloth crecido y desatado perforando la roca por la derecha. El cuarto disparo de la Real fue al poste, un zurdazo de Carlos Fernández, certeramente asistido por Brais. Y dos minutos, después, otra vez la madera frustró el gol de la jornada en la Europa League. La  rosca deliciosa de ‘la estrella de Galicia’ se topó con el ángulo en lugar de hallar un lugar en los 17,86 metros cuadrados existentes entre los tres palos. 

Curiosamente, la roja al visitante enfrió los ánimos de una Real que siguió buscando el gol, pero con menos verticalidad. 

Y cuando todo apuntaba a un bocadillo sin el ingrediente del gol, que es el más sabroso, Sorloth puso de espaldas a la grada e hizo trabajar al de los cohetes con un chut seco desde la frontal que no pudo taponar ninguno de los cuatro amarillos que lo intentó, ni siquiera el portero, que tocó el cuero. Carlos Fernández realizó una sensacional dejada de pecho a Silva, que lanzó al noruego. Lo demás ya es madera de ‘highlights’.

Descansos y golazo

Imanol se permitió dejar a Silva en la caseta al descanso, para promover su reposo y su necesaria presencia el domingo en Balaídos. E hizo lo propio 16 minutos después con un Brais, que de nuevo estuvo a punto de hacer caer las cerchas con otro chut al tornillo, en este caso despejado por el meta Celeadnic. Dominaba la Real, hería Navarro pegado a la cal por la derecha, pero no terminaba de sacar el mazo de sentenciar.  Hasta que apareció  Diego Rico, en TGV desde Burgos. Turrientes cazó un balón muerto cerca de la frontal y habilitó en horizontal a Navarro, que controló, dividió y se la cedió a Rico para que fusilara cruzado a media altura. Primer ‘txitxarro’ para su hermano Javi.

Bautismo goleador de Navarro

El fin de fiesta fue apoteósico. La Real pudo llevarse la manita, pero se quedó en tres.  Guevara, ya como volante, realizó una jugada propia de extremo izquierdo, centró goloso al segundo palo, donde un extraordinario Kubo regaló el tanto a Navarro, que celebró su bautismo goleador. 

Con el final del partido era imposible quitar la sonrisa de la boca al aficionado realista, de fiesta un jueves laboral.  La Real lleva su Europa League a 2023.