3-4: Gran triunfo de una Real bipolar

La Real pasará la Navidad en puestos europeos gracias a la importante victoria lograda en El Sadar. Fue un triunfo bipolar, que permitió ver a un equipo arrollador y que se lo llevó todo por delante en la primera parte, como si de un ciclón futbolístico se tratara, y a otro menguado y atenazado ante la presión osasunista en la segunda mitad. Esa cara B de los txuri urdin estuvo a punto de costarle un partido que para el minuto 33, con un 0-3 en el marcador, parecía sentenciado.

Pero un gol en la última jugada del primer acto de Aridane y otro nada más comenzar la reanudación de Chimy
Ávila provocaron que El Sadar oliera la sangre y que Remiro se erigiera en salvador evitando el empate en un par de ocasiones. Al final, el recién ingresado Isak puso en el área la templanza de la que careció la Real durante la segunda parte e hizo el 2-4 que parecía definitivo. Aunque Ávila, con un gran gol de cabeza, provocó que la incertidumbre envolviera el marcador hasta el último minuto con el 3-4.

Imanol apostó por de nuevo por Guevara en la zona ancha, con Zubeldia de central y la entrada de Willian
José por Isak fue la única modificación con respecto a la alineación ante el Barcelona.

Que el día venía bueno se intuyó prácticamente desde el pitido inicial. Para el minuto 2, Willian
José ya había cabeceado un gran centro de Zaldua, acción que ambos repitieron en el minuto 11. En esta última ocasión resultó incomprensible que no celebrara el primero el conjunto txuri urdin. El brasileño volvió a fallar después de que Oyarzabal le dejara solo ante Herrera. Aridane se interpuso entre su disparo y el gol.

No avisaría más la Real. En el minuto 15 Odegaard andaba suelto en la media luna y filtró un perfecto pase para Oyarzabal, que cortaba de fuera hacia adentro. Control, disparo y 0-1. El ciclón blanquiazul empezaba a mermar a su rival. Y los daños se multiplicaron sólo dos minutos después, cuando Portu olió la sangre en un mal control de Estupiñán para robar y correr hacia la portería rival en solitario. Se acomodó perfectamente el cuero para cruzar ante Herrera. 0-2 y era el minuto 17.

Osasuna apenas tuvo tiempo de hacer acto de presencia en el partido con una chilena infructuosa de Rubén
García antes de que Odegaard volviera a dejar su sello en el encuentro. El noruego clavó en la escuadra que defendía el portero una falta desde la frontal. Era el minuto 33 y la Real ya ganaba 0-3. La sangría pudo ser mayor si Herrera no llega a tocar el intento de regate de Willian
José, que se quedó solo ante el meta tras otra acción de fantasía de Odegaard.

Pero, justo en la última jugada del primer tiempo, Osasuna alimentó su esperanza con un cabezazo de Aridane que supuso el 1-3 en el minuto 46.

Lo advertía Jagoba
Arrasate en la entrevista ofrecida a este diario. Osasuna tiene una fe inquebrantable y vaya si lo demostró en el derbi. Regresó de vestuarios con la energía propia de quien cree ciegamente en la remontada y sólo le costó tres minutos meterse de lleno en el partido: Un error clamoroso de Llorente en el despeje, que le salió hacia atrás, dejó a Chimy
Ávila ante Remiro y el argentino finalizó con la categoría de un superclase.

Osasuna y El Sadar se metían de lleno en el partido y esto atenazó completamente a la Real, que se hizo pequeña y no era capaz de combinar ante la presión osasunista.

El 3-3 bien pudo llegar en el minuto 55, cuando Remiro se agigantó y tapó cualquier camino hacia el gol a Rubén
García, que se quedó solo ante el portero tras la asistencia de Adrián. También Ávila, desde el suelo, rozó la gesta.

Pero una jugada en el minuto 71 resultaría decisiva y cambiaría la tendencia de la segunda mitad. Roncaglia se revolvió ante Le Normand y le propinó un codazo en la boca. El VAR avisó a Medié
Jiménez y expulsó al central osasunista.

Eso desinfló el globo rojillo y dio aire a una Real que en la segunda mitad sólo había dado noticias en un disparo lejano de Gorosabel. Tuvo que ser Isak, recién ingresado en el terreno de juego, quien hiciera el gol que parecía definitivo en le minuto 78 tras rematar con frialdad después de una buena asistencia de Zubeldia.

Osasuna tuvo tiempo de revolverse por última vez y Chimy
Ávila hizo el 3-4 en el minuto 83. Hubo incertidumbre en el marcador, pero no en el campo puesto que Osasuna no tuvo ninguna para empatar en los últimos siete minutos.