La pandemia del COVID-19 nos ha obligado a vivir una situación completamente excepcional. La crisis sanitaria global y el confinamiento pueden dar lugar a emociones como el miedo o la ansiedad. Para evitarlo, es el momento de reflexionar y prestar atención a las enseñanzas de filósofos clásicos.
Séneca
Séneca fue bien conocedor de las debilidades humanas y en las derrotas. Creía que la persona verdaderamente feliz era aquella que no era temerosa ni ansiosa gracias a la razón. Consideraba que para que el alma estuviera libre de todos los males y completamente limpia, era necesario mantenerse firme en las decisiones y defenderlas.
Epicuro
Epicuro, uno de los grandes filósofos griegos, buscaba la tranquilidad del espíritu mediante la prudencia. Creía que lo verdaderamente importante era el hombre en todas sus dimensiones.
Lucrecio
Tito Lucrecio Caro, poeta y filósofo griego, conocía muy bien cuáles eran los síntomas del mal en el cuerpo humano por la peste de Atenas: ojos siempre abiertos, mente perturbada con terror y angustia, rostro hosco, respiración rápido y tos ronca. Esto fue lo que escribió en el año 50 a.C.
Es interesante descubrir cómo hace ahora más de 20 siglos Lucrecio sabía tanto sobre las epidemias. En uno de sus numerosos escritos reflejó que hay numerosos gérmenes de diversas sustancias que nos dan vida, mientras que hay otros que sólo provocan enfermedad y muerte.
Son enseñanzas de filósofos clásicos acerca de las cuales podemos reflexionar ahora que estamos atravesando una situación tan compleja por la pandemia del coronavirus. Es el momento de mirar nuestro «yo interior» y reflexionar sobre nosotros y nuestro entorno. ¿Qué queremos? ¿Hacia dónde vamos?
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