4 curiosidades de ‘Yellow Submarine’, el disco que los Beatles no querían grabar

El 13 de enero de 1969 la banda inglesa The Beatles lanzó el que fue su undécimo álbum de estudio, ‘Yellow Submarine’. Un álbum que venía a poner banda sonora a la película de animación que se había presentado meses antes en Londres, de mismo título, y que supuso un auténtico quebradero de cabeza para la banda de John Lenon y compañía.

A pesar de ser un disco que ningún miembro de la banda le apetecía grabar, lo cierto es que años después se ha ido convirtiendo en uno de los más famosos y conocidos, no por ello, el de más calidad de los de Liverpool ni el más exitoso de todos.

La película se estrenó en junio del 68 en el London Pavilion Cinema, pero la banda sonora llegaría después ya que la banda estaba inmersa en la grabación de ‘White Album’ por lo que no estaban muy preocupados por hacer una banda sonora para una película de la que no tendrían muy buena opinión.

Un disco por contrato

The Beatles estaban concentrados en la grabación de uno de sus discos más redondos, y se encontraban con pocas ganas de participar en una banda sonora. Pero los compromisos contractuales con la productora hicieron que los de Liverpool se metieran en el estudio para componer cuatro canciones nuevas que acompañarían a la película.

Fue Al Brodax, productor de la serie The Beatles que se había emitido en la ABC norteamericana durante el año 65 el que propuso crear una película de dibujos animados, a pesar de que la banda detestaba su serie, pero vieron la oportunidad de quitarse de encima otros compromisos como participar en varias películas más en el futuro.

Cuatro canciones nuevas

Por contrato, el manager Brian Epstein prometió cuatro canciones nuevas de la banda, a pesar de que John Lenon, Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison lo hicieron de mala gana. En entrevistas posteriores, Lenon confesó que detestaba la película y a todos sus trabajadores, excepto a los dibujantes, y los consideraba «un atajo de bestias repugnantes».

A raíz de esto, surgió la leyenda de que ‘Yellow Submarine’ fue un disco maldito ganado a pulso por la propia banda. Era sabido que los cuatro músicos británicos bromeaban con las canciones que desechaban con mandarlas a la banda sonora de la película.

Al final, The Beatles entregaron las cuatro canciones prometidas de las que dos de ellas se convirtieron en éxito: ‘Yellow Submarine’ y ‘All you need Is Love’. 

El quinto Beatle

La gran sorpresa para los fans de la banda fue que la película se lanzó antes de que sacaran el disco. Fueron más de seis meses de espera cuando The Beatles lanzó el ‘Yellow Submarine’ en disco, y no venía solo con canciones de la banda.

El LP que se publicó contenía dos caras, en la primera las canciones de la banda que habían prometido y en la cara B se podían escuchar otras siete canciones compuestas y dirigidas por George Martin, conocido como el quinto Beatle ya que participó en todos y cada uno de los álbumes que publicaron los británicos.

La leyenda de Paul

El disco tuvo buena acogida, incluso los propios Beatles tuvieron que arrepentirse después al no implicarse más en la película que, finalmente, les gustó después de no haber puesto interés alguno por ella.

Pero los rumores alrededor de los discos de la banda durante esta época, desde 1966, estuvieron marcados por una historia que los fans han ido manteniendo a lo largo de la historia de la banda.

Según la teoría de muchos fans, el álbum fue rellenado con canciones en la cara B porque Paul McCartney había muerto tres años antes, en 1966 en un accidente automovilístico. En esta teoría se desarrolla que McCartney fue sustituido por un tal William Campbell con el fin de que la banda siguiera adelante. Aunque otras teorías alrededor de esta muerte, apuntan a que se trataba de una forma de distribuir en el mensaje de la banda la existencia de nueva drogas y el control de masas.

La consistencia de esta teoría recae en imágenes de grabaciones de 1967, además de que muchos fans apuntaban que al escuchar los discos al revés de la banda recogían mensajes cifrados sobre este tema.

Lo cierto es que en 2010 se volvió a recuperar esta teoría sobre The Beatles y la muerte de Paul por unos estudios llevados a cabo por Gabriella Carlesi y Francesdo Gavazzeni en los que concluían que el Paul del año 66 no era el mismo que se pudo ver en el 67.

Los rumores fueron desmentidos en el año 69 por United Press y posteriormente por la revista Life, con una entrevista al propio músico. Además, las pruebas evidenciaron que la banda no se encontraba en Londres en el momento en que, supuestamente, se habría producido el accidente de Paul, que se había situado en noviembre del 66.

 


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