40 años de la memorable semifinal en que Schumacher dejó 'groggy' a Battiston

El Mundial de España 1982 dejó muchas imágenes para el recuerdo y entre los 49 partidos disputados destacó uno que sigue siendo considerado entre los mejores de la historia del torneo. 

El 8 de julio de 1982, hoy hace 40 años, el Sánchez-Pizjuán de Sevilla fue el escenario de la increíble semifinal que protagonizaron las selecciones de República Federal de Alemania y Francia y que se decidió por penaltis en favor de los germanos tras una memorable prórroga (3-3 y 5-4). 

Además de ser el primer partido de la historia de los Mundiales que se decidió por penaltis, hubo de todo: goles, alternativas en el marcador, un pulso electrizante de estilos, emoción y una brutal colisión del portero Harald ‘Toni’ Schumacher con Patrick Battiston que acabó con el defensa ‘bleu’ en el hospital con la mandíbula fracturada, tres dientes perdidos y lesiones en dos vértebras. Como consecuencia del tremendo impacto, quedó inconsciente y no recuerda el desgraciado momento.

Aquella violenta y polémica jugada quedó inevitablemente asociada al partido para siempre. Era el minuto 56 cuando, con 1-1 en el marcador, Michel Platini envió un balón largo hacia Battiston, que llegó a tiempo de rematar mientras Schumacher salió tarde y se abalanzó sobre el central del Saint-Étienne sin evitar el tremendo impacto con toda la fuerza de su cuerpo en la cabeza de su rival. 

Battiston, que hacía apenas cinco minutos que había saltado al campo, quedó inconsciente en el césped durante unos instantes antes de ser retirado en camilla y ser trasladado al hospital con la mandíbula fracturada, tres dientes perdidos y lesiones en dos vértebras. Estuvo inactivo seis meses antes de volver a jugar.

Schumacher, que ni se acercó para preocuparse por el estado de Battiston, fue silbado por el público por su actitud pero no solo salió indemne de la colisión. El árbitro neerlandés Charles Corver ni le mostró tarjeta amarilla y señaló saque de puerta cuando para muchos debió pitar penalti y expulsarle. 

El controvertido meta del Colonia, que se vio inmerso en múltiples polémicas en su carrera, siguió jugando y, aunque encajó dos goles en la prórroga, acabó siendo decisivo al detener dos penaltis en la tanda.

“Le pagaré los gastos de una corona dental”

“Si solo es eso, le pagaré los gastos de una corona dental”, dijo Schumacher tras el partido. Una semana después, unas horas después de perder la final ante Italia (3-1), se disculpó en persona con Battiston en un encuentro entre los dos organizado en Metz por un diario local.

En su autobiografía, titulada Anpfiff (Pitido inicial) y publicada en 1987, el portero alemán esgrimió que no fue a interesarse por el estado de Battiston porque varios jugadores franceses estaban junto a su compañero y le dirigían gestos amenazadores.

Por cierto, cuatro años después de España’82, Schumacher y Battiston se reencontraron de nuevo en la semifinal del Mundial’86 en México. Los alemanes volvieron a ganar a Francia (2-0) y volvieron a perder en la final (3-2 contra Argentina).

En la semifinal de 1982 en Sevilla los alemanes obraron una vez más un milagro tras verse contra las cuerdas ante Francia. Pese a que se avanzaron al cuarto de hora por medio de Pierre Littbarski con un chut raso tras un rechace del meta Jean-Luc Ettori, antes de la media hora Michel Platini, el líder de Francia que por aquel entonces dejó el Saint-Étienne por la Juventus, igualó de penalti por agarrón de Bernd Förster a Dominique Rocheteau.

El 1-1 se mantuvo hasta el final del tiempo reglamentario y en la primera parte de la prórroga Francia, pese al impacto por la retirada de Battiston, dio un espectacular vuelco al partido con dos goles. El central Marius Tresor, con una volea a la mediavuelta tras un saque de falta lateral de Alain Giresse, situó el 1-2  y éste aumentó la ventaja con un gran disparo desde la frontal que dio en el poste y llegó a la red.

Pero los alemanes no se rindieron, su figura y capitán Karl-Heinz Rummenigge entró fresco tras ser reservado de inicio por Jupp Derwall y el delantero del Bayern Múnich puso el 2-3 anticipándose a Ettori y a un defensa tras pase de Littbarski. Poco después Klaus Fischer estableció el 3-3 ante un rival ya cansado al rematar con una preciosa tijera una asistencia del grandullón Horst Hrubesch. 

Vibrante pulso de estilos

El trepidante pulso de estilos se iba a decidir por penaltis. Los alemanes habían controlado la primera parte del partido a base de su fuerza, anticipación y coraje característicos. 

Pero tras el descanso cedieron el centro del campo ante el tridente mágico integrado por Platini, junto a otros dos peloteros del Burdeos, Giresse y Jean Tigana. Francia pasó a dominar por completo con un juego más pausado, tocando el balón y asegurando el pase apoyándose en todos sus jugadores.

Los ‘bleus’ atacaron continuamente aunque sin chutar a portería ante la fornida defensa germana. En el descuento cualquiera pudo ganar. Manuel Amoros lanzó un gran chut desde fuera del área que devolvió el larguero y segundos después el meta Jean-Luc Ettori frustró una doble ocasión de Paul Breitner (ya en el final de su carrera tras su paso por el Real Madrid) y Fischer.

La prórroga tuvo muchas alternativas, Francia acarició la final pero acabó perdiendo en los penaltis pese a que Ettori le paró el lanzamiento al entonces madridista Uli Stielike. Al final Schumacher decidió atajando los intentos de Didier Six y Maxime Bossis.  

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ASÍ CONTÓ MUNDO DEPORTIVO LA HISTÓRICA SEMIFINAL