Cualquier excusa es buena para echar un baile. Nadie va a cambiar el ADN del pueblo brasileño, que ve la vida y el fútbol como una fiesta. La selección también. El último partido antes del Mundial fue un brindis al disfrute. A pesar de sus buenas intenciones, Túnez quedó minimizada por una Brasil desatada, liderada por el azulgrana Raphinha, autor de dos goles, y por el protagonismo de Neymar, que está a solo dos de igualar a Pelé (5-1).
Si Brasil goleó a Túnez sobre la cancha, en la grada el triunfo fue indiscutiblemente tunecino. Sus aficionados, una comunidad importante en Francia desde la década de 1960 tras un largo periodo de colonialismo, acompañaron a sus jugadores con una pasión enorme. Brasil jugó en territorio comanche, silbada cuando sonaron las notas de su himno. Fue bochornoso, sin embargo, que a Richarlison le tiraran un plátano, muestra de que el racismo sigue sin erradicarse.
Raphinha se inventó un gol de bandera tras un pase sensacional de Casemiro desde 40 metros. Con la testa, el extremo del Barcelona superó al arquero con una preciosa vaselina. Sorprendentemente replicó Túnez con otro remate de cabeza de Talbi: 1-1. Brasil ni tiritó. En la acción inmediata, un desajuste de la zaga rival permitió que Richarlison recogiera una gran asistencia de Raphinha para batir por bajo al guardameta: 2-1.
Apareció entonces Neymar, que marcó de penalti tras un derribo en el área a Marquinhos. El 10, artista con y sin balón, bailó con sus compañeros. Brasil estaba en su salsa. Con el triunfo encarrilado llegó la sentencia de Raphinha, soberbio en París. Con la zurda encontró un remate colocado a la base del poste. El 4-1 calentó a Túnez, revolucionada quizá desde la grada. Imposible de contenerse, Bronn entró con dureza con Neymar. El castigo, la expulsión.
Aunque fue un amistoso, Tite lo vivió como si ya estuviera en Qatar. Tras el descanso llegó el turno para Vinicius. También el momento para que descansara Richarlison, víctima de un incidente racista después de que le arrojaran un plátano desde la grada en el primer tiempo. Fue lamentable, como el comportamiento de una afición tunecina problemática. Raphinha le acompañó poco después al banco. El triunfo impulsa a Brasil antes de Qatar. A Túnez la señala por unos pocos descerebrados.
Brasil, 5
Alisson; Danilo, Thiago Silva, Marquinhos (Ibañez, 78’), Alex Telles (Lodi, 65’); Casemiro, Fred (Rodrygo, 78’); Raphinha (Antony, 66’), Lucas Paquetá (Vinicius, 45’), Neymar; Richarlison (Pedro, 45’)
Seleccionador: Tite
Túnez, 1
Dahmen; Drager (Sliti, 80’), Talbi, Bronn, Ben Ouanes; Chaaleli (Khazri, 62’), Skhiri, Laidouni (Mejbri, 89’); Slimane (Valery, 80’), Msakni (Khenissi, 63’), Jaziri (Ghandri, 45’)
Seleccionador: Jalel Kadri
Goles: 1-0, Raphinha (11’), 1-1, Talbi (18’), 2-1, Richarlison (19’), 3-1, Neymar (28’), 4-1, Raphinha (40’), 5-1, Pedro (74’)
Árbitro: Ruddy Buquet. Amonestó a Jaziri (20’), Neymar (22’), Msakni (54’). Expulsó a Bronn (42’)
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