Los caballeros medievales fueron personajes de gran importancia para su época. Por ello, existen muchas historias acerca de ellos, algunas reales y otras imaginarias.
Aunque todos conocemos a los caballeros de la Edad Media por portar grandes y pesadas armaduras y por su valor para presentarse en el campo de batalla, muchos ignoran que, para ser un de ellos, se necesitaba conducta, disciplina y mucha plata.
A continuación, te desvelamos algunos de los datos más curiosos e interesantes que debes conocer sobre esta honorable estirpe de guerreros.
5. Diferentes niveles de caballeros
No todos los caballeros tenían el mismo rango. Los caballeros que luchaban bajo el mando de otros eran denominados “caballeros solteros”, mientras que los que comandaban grandes grupos de lucha eran conocidos como “caballeros banneret”. Para subir de rango, había que demostrar logros, valentía y habilidad de lucha.
4. Llegar a serlo, no era fácil
No había muchas formas en que una persona podía convertirse en un caballero; o era hijo de otro caballero, hijo de una familia aristocrática, o bien había tenido una acto de valentía y honor en el campo de batalla. Por lo general, eran hijos de otros caballeros o de nobles y, desde niños, a unos ocho años de edad, eran enviados para que fueran preparados en el arte de la guerra.
3. ‘Pasar la noche en vela’
Los escuderos que se preparaban para ser caballeros tenían un particular rito (lo conoceréis por Don Quijote), y es que la noche anterior al gran día, debían pasar toda la noche velando sus armas vestidos de blanco inmaculado. De ahí nació la conocida expresión «pasar la noche en vela» o «pasar la noche en blanco», para referirnos a las noches en las que no hemos podido dormir nada.
2. La fortaleza de sus caballos
El caballo de batalla, sobre el que cabalgaban los caballeros medievales para combatir o en las justas, era el corcel. Se solían proteger con una barda, hecha de cuero o de metal, a modo de armadura y eran ejemplares verdaderamente poderosos, capaces de soportar el peso del caballero y su armadura sin problemas. Estos caballos también se denominaban destreros y eran muy caros, llegando a costar hasta diez veces más que un caballo común, como por ejemplo, un rocín.
1. Palabras de honor
Al margen del factor religioso, la caballería desarrolló sus propios estímulos, sus propios valores y su propio ideario; un ideario lleno de nociones idílicas, éticas y honoríficas, porque la caballería era, en ese entonces, todo «un modo de vivir y de pensar, un noble oficio, una institución». El caballero luchaba y se enorgullecía de ello, de ahí que su máxima aspiración fuera la conquista de la Tierra Santa.
Podemos encontrar otros muchos datos curiosos acerca de esta clase de guerreros visitando este artículo.
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