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50 días en la sombra


El resplandor de los resultados ha aupado a Imanol
Alguacil al centro exacto del foco durante toda la temporada. Una victoria detrás de otra, la sucesión de alegrías y el estado de bienestar decretado en Anoeta durante los últimos tiempos han ido elevando la figura del oriotarra, del banquillo a los altares txuri
urdin, hasta lograr consensuar entre la opinión pública la conclusión de que es el alma máter de la Real. Su estandarte. El responsable de que el equipo, hasta que se detuvo el fútbol, era el justo defensor de la cuarta plaza en Liga y el imparable aspirante a conquistar el título de la Copa del Rey.



El segundo día de mayo viene a significar, de modo análogo, que han pasado 50 desde que fue proclamado el estado de alarma por las autoridades españolas. Medio centenar eterno de jornadas desde que Pedro
Sánchez, presidente del Gobierno estatal, anunciara urbi et orbi la medida más drástica en la historia moderna. Imanol se ha tomado el asunto al pie de la letra. Se ha confinado en la sombra infranqueable del más silencioso agente. Con el sigilo que le ha llevado directamente al anonimato.

50 días en la sombra cumple hoy el entrenador de la Real, pero no por ello está protagonizando dejación de funciones alguna. En su domicilio de Orio, al lado de su familia, ejerce en la máxima medida en que puede seguir desempeñando su rol de líder. Aunque esté pasando desapercibido, su silueta rodea la actividad de los jugadores durante toda la cuarentena. Alguacil no pierde detalle del trabajo que la plantilla de la Real está efectuando desde casa.

No es fácil dar con él

El técnico txuri urdin atraviesa el confinamiento ojo avizor a la evolución de sus pupilos y se entiende que analizando partidos. Es decir, concentrado en diseñar el resto de la temporada a la espera del visto de bueno para que pueda ser culminada.

Lo cierto es que no está resultado sencillo, ni siquiera para algún estamento interno del club, dar con Imanol durante esta época sin fútbol. Apenas se prodiga por teléfono y sus intervenciones en ciertos grupos de WhatsApp son esporádicas. Si hay órdenes de que la actividad se restaure la semana que viene, Alguacil volverá a Zubieta y el público se reencontrará, de alguna manera, con el entrenador de la Real, ausente al no haberse manifestado en prácticamente dos meses.

El alto cargo que más se pronuncia

Imanol ha solido preferir, por costumbre, que su ejercicio profesional sea discreto. Sin embargo, la potencia del tiro de cámara en Primera División le ha impulsado al primer plano, circunstancia que ha ido asumiendo con el paso del tiempo. El oriotarra ha transmitido la sensación de encontrarse cada vez más cómodo ante la prensa -hasta dejó imágenes y sonidos memorables durante la semifinal de Copa- acondicionándose al puesto que ostenta, de máxima relevancia.

Alguacil es, sin duda, el alto cargo de la Real que más se pronuncia en una temporada convencional. Más, por ejemplo, que un Jokin
Aperribay que alterna actos de habla con silencios y, sobre todo, que Roberto Olabe, el director de fútbol ‘mudo’ ante los medios.

La última aparición mediática de Imanol
Alguacil se remonta al 10 de marzo, nada más producirse la victoria de la Real contra el Eibar en Ipurua. El cambio respecto a cuando la temporada transitaba sin altercados es radical. El club, igual que el resto de contendientes de Primera
División, organiza una comparecencia del primer entrenador antes y después de cada partido oficial. De modo que Imanol fue el protagonista de 68 ruedas de prensa, sumando 27 de Liga y 7 de Copa, entre agosto y marzo. Ofreció una adicional cuando renovó en enero y en Navidad concedió una ronda de entrevistas


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