75-89: Higgins se viste de MVP para poner al Barça a un paso del título

Una racha sensacional de acierto de Cory Higgins en el tercer cuarto ha permitido al Barça sacudirse todas las dudas mostradas hasta ese momento, cambiar por completo de cara y encaminarse hacia una clara victoria en el primer partido de la final de la Liga Endesa contra el Real Madrid. Tras el 75-89 de este primer duelo en el WiZink Center, el equipo de Sarunas Jasikevicius tendrá el martes en el Palau (22.00 horas) una primera oportunidad de sellar el título y romper así una sequía en el campeonato nacional que dura desde 2014.

Ocho puntos seguidos de Higgins han marcado el punto de inflexión del partido en el tercer cuarto. El Barça, que había ido siempre a remolque lastrado por sus problemas en el rebote y los errores en los tiros libres, se ha agarrado al espectacular momento de inspiración del escolta estadounidense para firmar un brutal parcial de 0-17 con el que ha pasado de perder por siete puntos (44-37) a dominar por diez (44-54). Higgins ha firmado 14 de sus 25 puntos en este tercer período, en el que se ha vestido con la capa de MVP que se llevó en la final de la Copa del Rey disputada hace unos meses en este mismo escenario.

Ese golpe en la mesa de Higgins y el Barça en el tercer cuarto ha dejado completamente descolocado al Real Madrid, que había ido por delante durante todo el partido con ventajas que habían llegado a ser de nueve puntos un par de veces. La cuarta falta de Carlos
Alocén ha acabado por fundir a los blancos, que bajo la batuta de Sergio Llull no han sabido atacar con criterio la buena defensa azulgrana y a los que además esta vez no les han entrado los triples (8/27 al final).

El Real Madrid – Barça de baloncesto, en imágenes

Todo lo contrario ha sucedido con el Barça, que había saltado a la pista con mucha menos intensidad que su rival y se había encontrado bien pronto con un 9-0 en contra. La experiencia de Pau Gasol y el descaro ofensivo de Kyle Kuric permitieron al Barça limitar los daños en la primera mitad, pero eran argumentos insuficientes ante un rival que disponía de muchos más tiros gracias a su gran superioridad en el rebote. Repetir tras el descanso los 33 puntos de los primeros veinte minutos (36-33) parecía el camino hacia una derrota segura en este primer asalto de la final.

El arreón de Higgins ha contagiado a sus compañeros, que al verse por delante han empezado a jugar con mucha más confianza. Nikola Mirotic, invisible en la primera mitad (1 puntos), se ha sumado a la fiesta con dos triples, Davies ha empezado a superar a Tavares y tanto Calathes como Hanga han movido con criterio a un equipo mucho más suelto que en la primera mitad.

Las diferencias no han hecho más que crecer en el último cuarto, con el Real Madrid incapaz de jugar con el marcador en contra, algo que no le había sucedido en ninguno de los partidos jugados como local en estos playoff. Un par de triples de Rudy le han dado unas últimas esperanzas (56-66) pero a partir de ahí el corazón no ha bastado a los blancos, nerviosos y sin la pausa ni el acierto necesarios para intentar la remontada.

El Barça, que tantas dudas había mostrado hasta ahora en los playoff, parece haber dejado lo mejor para el final y se coloca en una posición inmejorable para sumar su segundo título de la temporada tras el de la Copa del Rey. Ganar el primer partido siempre es importante, pero todavía más en una final al mejor de tres partidos como ésta.

La oportunidad es de oro. Una victoria más este martes y el Barça cerrará su mejor temporada en mucho tiempo. Pero, como ha dicho Cory Higgins al final del encuentro, “el trabajo no está hecho, esto no ha acabado”.