Lituania está siendo de momento la principal víctima del llamado ‘grupo de la muerte’. El equipo báltico llegaba al Eurobasket tras haber ganado sus nueve partidos previos de este verano pero ha empezado el torneo perdiendo sus dos primeros encuentros, el jueves ante Eslovenia (92-85) y este sábado frente a Francia (73-77). En los dos ha jugado bien y ha dispuesto de ventajas en muchos momentos pero en los dos ha acabado perdiendo en finales muy apretados.
Es difícil de entender cómo es posible que existan grupos como el de España (acompañada en el flojo A por Bulgaria, Montenegro, Bélgica, Georgia y Turquía) y otros como el de Lituania (acompañada en el B por ‘cocos’ como Eslovenia, Francia y Alemania y por otros dos duros escollos como Bosnia y Hungría). Sin embargo, este desequilibrio no es tan importante pues pasan a las eliminatorias los cuatro primeros de cada grupo y los cruces de octavos de final pueden poner las cosas en su sitio. España, sin ir más lejos, puede acabar primera de grupo y cruzar en su primer partido a vida o muerte con la propia Lituania, un equipo que le superó en los dos amistosos que les enfrentaron el pasado verano.
Lituania empezó mejor y se colocó ya en el primer cuarto 13 puntos por delante de Francia, que también venía de perder su partido inaugural (ante Alemania). Sin embargo, los ‘bleus’ reaccionaron rápido y la batalla se mantuvo equilibrada hasta que, ya entrado el último cuarto, un parcial de 9-0 despegó a Francia hacia el triunfo (71-64 a dos minutos del final). Dos triples del joven base del Barça Rokas Jokubaitis situaron a Lituania a solo un punto, pero el equipo galo supo mantener la delantera en el pulso final desde la línea de tiros libres. Con Rudy Gobert anulándose en su batalla de pívots NBA con Jonas Valanciunas, fue esta vez Evan Fournier (27 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias y 2 recuperaciones) el factor que decantó la balanza del lado francés.
Francia podría dar este domingo un paso decisivo hacia los octavos de final pues lo normal es que supere a la Hungría de Adam Hanga. Mucha más presión tendrá sobre sus espaldas Lituania, que volverá a enfrentarse a un rival de primer orden, nada menos que el anfitrión Alemania, invicto con 2-0. “Nada ha cambiado, mantenemos la confianza”, asegura el alero Ignas Brazdeikas.