Tres por uno. Primera vez que el RETAbet es capaz de enganchar dos victorias esta temporada, reencuentro con el triunfo en Miribilla después de dos meses y medio y además mantiene viva la llama de la esperanza europea. No es el objetivo prioritario, pero a nadie le amarga un dulce. El Bamberg ganó en Turquía y selló su pase a la siguiente fase. El otro billete se lo jugarán los hombres de negro y el Pinar Karsiyaka. El Bilbao Basket no tuvo problemas para deshacerse del Fortitudo Bolonia. Lo que se dice una noche buena. Puso más ganas, más intensidad y, sobre todo, más acierto. El choque acabó en paliza. Se dio un completo festín.
La resistencia italiana se limitó al primer cuarto. Luego el RETAbet, liderado por Brown (17 puntos), desatascó el partido en unos minutos de inspiración desde el perímetro. Todo salió a pedir de boca… con excepción del debut de Jenkins en Miribilla. Terminó con un 0/10 desde el triple. El especialista tuvo un día aciago, aunque los de Mumbrú no necesitaron de sus puntos. Aminu no se estrenó, presenció el duelo desde el banquillo, y Hakanson siguió fuera por sus molestias en el tobillo.
El Fortitudo se presentó sin Happ, el más destacado en Bolonia, y con una rotación de diez hombres que se quedó en nueve porque Cusin no jugó. El inicio puso de manifiesto que eran dos escuadras con problemas en sus respectivas ligas, hubo mucho fallos. Hasta que Kulboka tomó la delantera con 7 puntos (15-11). Los visitantes, por su parte, se agarraban al poderío de Hunt y Tote en la pintura para seguir de cerca al Bilbao Basket (19-18).
La clave estuvo en el segundo acto. Los de Mumbrú asestaron un parcial de 22-4 que resultó definitivo. Primero apretando en defensa y, después, aniquilando desde el 6,75. En un visto y no visto convirtieron sus penurias, estaban firmando un 1/10 en el triple, en una fuente de luz. Encadenaron cuatro aciertos: Brown (2), Kljajic y Rousselle (41-22). El Fortitudo esbozó una tímida reacción para marcharse al descanso 41-28.
Todo parecía encarrilado, pero no. El RETAbet salió dormido, con un intenso atasco ofensivo, y los de Luca Dalmonte se acercaron (42-34). Mumbrú llamó al orden con un tiempo muerto y entre Huskic, Reyes y Miniotas devolvieron las aguas a su cauce. No bajaron más el pistón los MIB, que dieron un golpe crucial con una tacada de 21-5 para entrar con 63-39 a unos diez minutos finales que fueron a beneficio de inventario. El pescado ya estaba vendido. Sirvieron, eso sí, para ir aumentando la moral de la tropa. Para que Dos Anjos machacara, forzara el tiro adicional y se llevara la ovación del banquillo. Para que Betolaza jugara unos minutos. Para que Jenkins no se fuera a casa con tan mal sabor de boca, ni por esas atinó el de Tennessee. En definitiva, cómoda victoria y a cambiar el chip. El domingo será Unicaja el que visite Miribilla en la ACB. No será tan sencillo… ni parecido.
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