El peso de la lógica se impuso en Miribilla, aunque le costó porque el RETAbet Bilbao vendió carísima su piel. No importó que enfrente estuviera una de las mayores potencias europeas como es el Real Madrid, líder de la ACB, ni que los hombres de negro naveguen en la zona peligrosa de la tabla… ni que los blancos llegasen 15 arriba al descanso (29-44). Entonces llegó la magia en un tercer cuarto que hubiera encendido a la marea negra. Los locales le dieron la vuelta al marcador con un parcial salvaje de 31-14.
Ver para creer. Hubo partido hasta el final. Los locales entraron a los tres últimos minutos por delante en el marcador. Llevaron a los visitantes al límite. Luego estos les devolvieron a la realidad. El Madrid cometió menos errores en ese tramo. Laso lo vio tan mal que recurrió a Campazzo en el último cuarto cuando hasta entonces había estado en el banquillo. El RETAbet encajó una nueva derrota (1-6), al menos se lleva la convicción de que puede plantarle cara a cualquiera. Los merengues, por su parte, siguen invictos en lo alto de la tabla (9-0).
El Bilbao Basket tuvo un problema añadido en forma de baja de Zyskowski, quien sufre un esguince en la rodilla. El Madrid marcó territorio de salida con un 0-8 de salida, pero los de Mumbrú resistían entre los triples de Brown y Reyes y un par de chispazos de Balvin (10-14). Los blancos, liderados por Alocén, estaban más intensos en defensa, a la hora de cargar el rebote ofensivo, metiendo manos… un momento de despiste local y parcial de 0-9 (10-23).
Balvin, como de costumbre, se echó al equipo a la espalda (27-35), sin embargo cada vez que los de Laso pisaban el acelerador, se marchaban. Otro 0-9 para abrir brecha de 17 puntos poco antes de alcanzar el descanso (27-44). Y cuando parecía que la segunda parte era a beneficio de inventario, el RETAbet sacó todo su carácter. A Mumbrú le funcionó juntar sobre la pista a Rousselle y a Hakanson. Un parcial de 19-2 en cuatro minutos de frenopático en los que los hombres de negro pasaron por encima del Madrid y de unos árbitros que dejaron en bonus a los vizcaínos en un visto y no visto.
Pudo caer la balanza para cualquiera en el último cuarto, pero lo hizo del lado que tiene más calidad y más profundidad. Llull surgió en los momentos clave y se pasó del 73-72 al 73-79 que puso cuesta arriba la victoria para el Bilbao Basket. Ni por esas se fue y lo peleó hasta el final con Hakanson y Brown acertando desde el exterior. Llevó al Madrid al límite, obligándole a fallar el último tiro libre para no dar una vida extra a los MIB. Honor absoluto.
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