8M: ¿Qué hacer ante el mansplaining?

8M: ¿Qué hacer ante el mansplaining?

El mansplaining es la práctica en la que un hombre explica a una mujer determinado tema de una manera que muestra que cree que sabe y entiende más que ella, de acuerdo con el diccionario de Oxford.

Este término se popularizó en el 2008 cuando, en un ensayo, Rebecca Solnit narró que en una fiesta un hombre insistió en explicarle que tenía “echar un vistazo a este libro nuevo”, después de informarle el tema en el que Solnit estaba trabajando. El texto al que se refería el hombre era una obra de su autoría, pero él no le permitió darle esta información hasta que su amiga lo interrumpió tres veces para decirle que ella era la autora.

Recientemente, la periodista Elisabetta Piqué, enviada especial a Kiev, y quien fuera corresponsal en Afganistán, Irak, Libia, Siria y Egipto, fue instruida por un compañero mientras realizaba la transmisión para dar su reporte de los acontecimientos en Ucrania. Sonó la alarma que indicaba el inicio de los ataques por lo que tenía que resguardarse y, a pesar de la trayectoria que ella tiene, uno de los conductores en el foro le dio instrucciones de lo que debía hacer para ponerse en un lugar seguro.

Jessica Bennett, editora del New York Times, en su libro El Club de la Lucha Feminista, explica que al estar en un grupo en donde hay pocas mujeres existen más probabilidades de que surjan casos de mansplaining, por lo que es clave apoyarlas en la oficina o en el área de trabajo. El objetivo es que integren un tercio de la población total para alcanzar la “masa crítica” que permita que las ideas de las mujeres tengan más posibilidades de ser escuchadas.

Intervenir es clave. Cuando se identifica un acto de mansplaining, es necesario que se interrumpa con frases como: Espera, ¿te importaría dejarme acabar?, o preguntar ¿qué opinas de esto?, para regresar a la dirección de la discusión. Por otro lado, cuando alguien interrumpe a una mujer lo mejor es que ella siga hablando, con pausas cortas para evitar que detengan su discurso.

Para saber si la explicación es prudente o no, Bennett señala una ruta. Primero, preguntar, ¿ella sabe lo que vas a decir? Si la respuesta es sí, no es necesario que se realice la aclaración. Si la respuesta a la primera pregunta fue no, el siguiente paso es cuestionar si es algo que ella preguntó. La respuesta afirmativa a las preguntas anteriores señala que quizá sea necesario exponer el punto.

Las consecuencias del mansplaining son invalidar el discurso de las mujeres y, en casos extremos, silenciarlas, de acuerdo con la psicóloga Guila Sosman.

 


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