En septiembre de 1969, casi un año después de la masacre de estudiantes del 2 de octubre de 1968, en Tlatelolco, Ciudad de México, la escritora Elena Poniatowska recibió una llamada de la Secretaría de Gobernación:
-Me hablaron de la Secretaría de Gobernación por haber escrito La noche de Tlatelolco, y me dijeron que los franceses, porque yo tenía pasaporte francés como mi papá, no se podían meter en la política mexicana…
La escritora, de entonces 37 años, le contó de la llamada a su esposo, el astrónomo universitario Guillermo Haro, quien entendió claramente el mensaje. Era una alusión al artículo 33 de la Constitución mexicana, que dice: “los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país”, so pena de ser expulsados.
Y ella, Elena Poniatowska, quien este 19 de mayo cumple 90 años de vida, no tenía su carta de naturalización en aquellos tiempos y se había atrevido a escribir sobre la brutal represión del gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz en contra de los estudiantes.
-Mi marido, Guillermo Haro, me agarró del pescuezo y fuimos a Relaciones Exteriores, con Jorge Castañeda, quien me hizo mexicana en media hora…
Se refiere a Jorge Castañeda y Álvarez de la Rosa, fallecido diplomático mexicano, padre de Jorge Castañeda Gutman. Y el trámite, en realidad, no fue tan rápido sino que tardó unos cuantos días, como se puede leer en el expediente de naturalización de Elena Poniatowska que se conserva en el archivo histórico de la Cancillería mexicana y del cual Aristegui Noticias tiene copia.
-Jorge Castañeda recuerdo que fue amabilísimo y dijo “nomás eso faltaba”, y en dos patadas fui mexicana… Pero yo era mexicana por mi mamá, ¿no? Namás que mi mamá se casó con un francés, Juan Poniatowski, de origen polaco…
El 30 de septiembre de aquel año, la escritora presentó su solicitud formal ante la Cancillería. En el documento se lee:
“Elena Poniatowska de Haro, de nacionalidad anterior FRANCESA, estado civil casada, lugar y fecha de nacimiento: París, 19 de mayo de 1932, con domicilio en Coyoacán, atentamente expongo: que vengo a solicitar se sirva expedirme certificado de nacionalidad mexicana, fundándome en que tengo mi residencia en territorio nacional y contraje matrimonio el 21 de junio de 1969 con el señor doctor Guillermo Haro Barraza, de nacionalidad mexicana”.
Poniatowska presentó su acta de nacimiento francesa y una traducción al español. Guillermo Haro hizo lo propio con sus papeles mexicanos. La pareja incluyó su acta de matrimonio, en la cual se lee que se casaron en Tequisquiapan, Querétaro, aunque si a la escritora se le pregunta la fecha la memoria la traiciona…
-Ay, fíjese que me va a matar usted, pero no me acuerdo…
Poniatowska siempre se había considerado mexicana. No tenía por qué dudarlo. Su madre, Paula Amor, era mexicana aunque había nacido en París. Y ella, Elena, Elenita, aunque nació también en la capital francesa, llegó a México en 1942 cuando tenía 10 años. En Twitter, la red social donde suma más de un millón de seguidores, la biografía de la escritora dice: “Más mexicana que el mole”.
-Yo me sentí mexicana desde que llegué a México, porque aprendí español en tres meses, en la calle y ya muy después me dediqué totalmente a hacer periodismo desde muy joven… Nunca pensé en mi nacionalidad, nunca me preocupó nada.
La escritora admite que no se daba cuenta del potencial problema que enfrentaba por no tener en regla sus papeles.
-Nada, yo no me daba cuenta de nada. Incluso iba a cantidad de manifestaciones, apoyé cantidad de veces a doña Rosario Ibarra de Piedra, íbamos a caminar por Paseo de la Reforma, bueno, una serie de cosas y no me di cuenta que yo no tenía un certificado de mexicanidad.
Aunque, admite, afortunadamente nunca llegó a tener problemas:
-Nada, no me pasó nada….
En el expediente de la Cancillería se conservan su pasaporte francés y una ficha migratoria de Poniatowska, fechada en 1947, donde se registró que medía 1.53 metros, tenía ojos azules y que su segundo nombre es Luisa. En esa foto tiene 15 años y aún luce rasgos de niña, lleva una blusa negra de cuello alto y una cadena cuelga sobre su pecho.
Hoy, a sus 90 años, Poniatowska confiesa que le falla un poco la vista..
-Me siento bien, no me he enfermado, Mi único problema es que no veo muy bien, son los gajes, lo que le pasa a uno por la edad…
El trámite de naturalización llegó a su fin tres días después de que Poniatowska y su esposo fueron a la Cancillería.
En el último documento que se conserva, se lee: “La Secretaría de Relaciones Exteriores declara que la señora Elena Poniatowska de Haro es mexicana por naturalización (…) desde su matrimonio con el señor Guillermo Haro Barraza”.
En el margen inferior izquierdo del mismo oficio, con tinta negra y letra redonda, la escritora escribió a mano: “Recibí el original. 3 de octubre de 1969”.
Era, exactamente, un año y un día después de la matanza de Tlatelolco, la historia que encumbró a Elena Poniatowska en el periodismo mexicano.
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