El Barça tendrá que esperar para certificar su primera plaza en la Euroliga al caer en Tel Avv, en la cancha del Maccabi –donde se dieron cita 3.000 aficionados supuestamente libres de Covid-19– por 99-94. El equipo azulgrana tiene ahora dos posibilidades de lograrlo, primero en la cancha del Fenerbahce
Estambul y luego en la última jornada de la fase regular en casa frente al Bayern Munich, aunque también podría lograrlo si sus perseguidores, Anadolu Efes y CSKA
Moscú pierden.
El encuentro fue realmente emocionante, con un Maccabi que jugó a un nivel excelente y con un Barça que no estuvo brillante, pero que sí mostró carácter y dureza mental para sobreponerse a diversas dificultades. Quizás por ese motivo, por lo bueno que fue el encuentro, da más rabia que no lo decidieran totalmente los jugadores, sino que lo hiciera en gran medida un árbitro, Mehdi
Difallah. El colegiado francés copó el protagonismo al señalar una falta que no se recuerda haber visto nunca a este nivel en un encuentro igualado. Con el marcador en un empate a 94 y a 12 segundos del final pitó una técnica a Nikola Mirotic cuando en su intento de defender un saque de banda pisó la línea lateral. La incredulidad de todo el mundo fue evidente. El absurdo no tiene una gran importancia, ya que el partido no era decisivo, pero sin duda es algo que queda para la historia.
Más allá de eso, el Barça no encontró la manera de someter a un Maccabi que mostro un nivel de juego bastante elevado,quizás espoleado por la presencia de esos miles de seguidores en las gradas. Los azulgrana tuvieron muchos problemas en defensa y aunque hicieron méritos y hubo jugadores que se hicieron notar, como Mirotic con una racha espectacular en el último cuarto o Cory
Higgins y Nick Calathes con varias canastas decisivas, lo cierto es que eso no fue suficiente y el Barça tendrá que seguir remando para asegurar ese liderato de la fase regular de la Euroliga.
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