Telefónica, que opera en México bajo la marca Movistar, ha llegado un acuerdo con AT&T por el que la empresa estadounidense le permitirá el acceso a su red móvil en la última milla inalámbrica. El acuerdo, por un mínimo de ocho años, permitirá a la operadora española migrar gradualmente su tráfico a la red de acceso de la estadounidense, aunque continuará operando como un operador independiente al mantener elementos sustanciales de su propia infraestructura de red y plataformas.
De esta forma, Telefónica se ahorra los costes del despliegue de la parte más sustancial y costosa de la red, convirtiéndose en una especie de lo que se conoce como operador móvil virtual (OMV), aquellos que alquilan, parcial o totalmente la red a otro operador, aunque mantienen una independencia en el plano comercial y de servicio.
Está previsto que el nuevo modelo de operación de Telefónica México genere unas eficiencias operativas y financieras con un impacto positivo anual en flujo de caja de aproximadamente 230 millones de euros a partir del tercer año y una reducción de la deuda neta adicional en el entorno de 500 millones de euros, según comunicó este jueves la operadora española a la CNMV. La operadora española no aclaró en el hecho relevante el importe que pagará a su rival por el uso de la red. Uno de los principales ahorros será el coste del espectro radioeléctrico que cobra el Estado mexicano por la asignación de frecuencias y que hizo que el beneficio bruto operativo cayera un 90% en los nueve primeros meses de este año.
Con este convenio, AT&T en México proveerá a Telefónica de capacidad en su red de acceso en 3G, 4G y cualquier tecnología de red futura a nivel nacional. El grupo español mantiene su red de transporte y todas sus plataformas, sin restricciones operativas o geográficas para cubrir todas las necesidades de sus usuarios y servicios, según el acuerdo.
“Telefónica mantendrá también el control exclusivo sobre sus operaciones, incluyendo su cartera de clientes, activos, administración, precios, finanzas, comercialización, sistemas de facturación, entre otros. AT&T no tendrá visibilidad ni influencia alguna sobre la operación de Telefónica Movistar”, indicó la operadora española.
La migración del tráfico de Telefónica Movistar a la red de acceso de AT&T se iniciará de inmediato y se continuará implementando gradualmente, manteniendo de forma continua todos los servicios móviles a sus clientes residenciales, empresariales y mayoristas.
Rumores de venta
La operación trata también de despejar las dudas sobre la continuidad de la multinacional española en México. Los rumores de venta, total o parcial, sobre Telefónica México han aparecido periódicamente, y entre los interesados en su compra se ha barajado los fondos de inversión Cerberus y Advent e incluso la propia AT&T.
De esta forma, la operadora española trata de reducir costes en el despliegue de red para ser competitiva en el país norteamericano, cuyo dominio casi absoluto por parte de Telcel, propiedad del magnate mexicano Carlos Slim, que heredó el monopolio público telefónico cuando se privatizó, hace muy difícil la rentabilidad para sus rivales
Y es que Telefónica cerró el pasado mes de septiembre con 26.9 millones de líneas móviles en México, frente a los 18,6 millones de AT&T y muy lejos de los 76,1 millones de América Móvil. Los ingresos alcanzaron 912 millones de euros en los nueve primeros meses, un 5,2% más que en el mismo periodo del año anterior pero el Ebitda cayó un 27% en este periodo para quedar en 100 millones de euros.
El acuerdo de red con AT&T no pilla por sorpresa al mercado, ya que Telefónica venía avisando un cambio radical en su modelo de negocio para poder mantenerse en el país. “No estamos contentos con México”, afirmó el presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete, en la última presentación anual de resultados de 2018. “Tenemos la obligación de mejorar el resultado desde el punto de vista orgánico o inorgánico, así como “explorar acuerdos para compartir redes con otros operadores y mejorar así el retorno del capital”, explicó el presidente.
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