0-2: Joselu y Pere Pons dinamitan Ipurua

R. O. Pancorbo
Gasteiz
Periodista

¡Por fin! El Alavés consigue su primer triunfo a domicilio en este curso en un choque en el que Asier
Garitano
ganó la partida a Mendilibar. El técnico albiazul regresó a los orígenes del inicio de temporada al sacrificar a un delantero para apelar a la lucha colectiva en defensa y aguantar las embestidas de un Eibar fiel a su estilo. En la segunda parte, el de Bergara
revolucionó el duelo con los cambios, dando entrada a unos letales Pere
Pons y Joselu, para marcar en el tramo final dos goles que valen tres puntos de oro.

Con un 1-4-2-3-1 reconvertido a un 1-4-1-4-1
en
defensa, el cuadro gasteiztarra supo sufrir y se mantuvo muy firme ante el bombardeo en forma de balones largos y centros al área al que el equipo armero suele someter a sus rivales. Sustentado por un Fernando Pacheco pletórico, con cuatro increíbles paradas, esperó al momento oportuno para, en el último cuarto de hora, ir a por el encuentro.

La entrada de Joselu y Pere
Pons dio otro aire al equipo, que pasó de verse sometido a dominar en el tramo definitivo del derbi. Además de estrenar su casillero de triunfos a domicilio, el cuadro babazorro consiguió por primera vez en este curso dejar su puerta a cero fuera de casa

Velocidad
y
contras

Buscó el técnico babazorro aumentar la solidez de su equipo y, para ello, decidió sacrificar a un delantero y fortalecer su centro del campo. Con Lucas
Pérez
sólo en punta y muy desasistido de inicio, puso por detrás del gallego una línea de tres con futbolistas muy rápidos, Borja
Sáinz en la derecha, Aleix en el centro y Burke por la izquierda.

Doble objetivo. En defensa, tapar
las siempre peligrosas subidas de los laterales armeros, algo que se logró, y tapar los pases por dentro entre líneas, faceta en la que el tarraconense iniciaba el trabajo. En
ataque, la consigna era clara. Replegarse para que el Eibar dejara espacios con su incesante presión adelantada y aprovechar la velocidad, algo que se logró en contadas ocasiones, pero casi siempre con peligro.

Tuvo una buena salida el cuadro albiazul, pero pronto se vio sometido ante el empuje de un cuadro local que, con su típico juego directo, le metió en las inmediaciones de su área. No obstante, tuvo la primera y muy clara el equipo de Asier
Garitano cuando, en el minuto tres, Dmitrovic
despejó un inocente remate de Borja
Sáinz tras asistencia de Aleix
Vidal.

Pronto contestó el Eibar, primero con un remate demasiado cruzado de Kike
en el 6, y otro disparo del punta armero en el 14 rechazado por Martín. En el 17, el meta babazorro blocó sin problemas un zurdazo de Orellana.

Tenía mucho ritmo el derbi y ambos equipos llegaban con relativa facilidad a la portería rival. El Eibar, haciendo sufrir a la defensa albiazul, liderada por un inconmensurable
Ely, con sus balones largos y centros laterales. El Alavés, replegado con mucho orden y buscando las contras, sobre todo por la izquierda.

Oliver
Burke
hizo
daño con dos peligrosas internadas por la izquierda. En la segunda, en el 29, protagonizó una bonita jugada con Borja
Sáinz y Aleix
Vidal, pero este último disparó demasiado centrado ante un seguro Dmitrovic.

Volvió de nuevo el conjunto de
Mendilibar a la carga y tuvo dos muy claras a balón parado. En el 32, Pacheco metió una buena manopla a un testarazo de Kike a la salida de un córner y, en el 38, se lució en una bonita estirada en una falta directa botada por Cote.

Acabó el Eibar el primer tiempo
dominando con claridad y prolongó su asedio en el segundo. Encerrado en su área, el Alavés
sobrevivía amparado en su solvencia en el juego aéreo y cerrando
espacios. En el 58, Dmitrovic, muy oportuno en su salida, impidió rematar con comodidad a Borja
Sáinz tras un buen balón filtrado
por un ayer muy activo Aleix
Vidal.

En el 63 y en el 71, Fernando
Pacheco salvó a su equipo con dos paradones a durísimos disparos de Cote y Charles. Ambos entrenadores empezaron a mover sus banquillos en el 75.

Revolución
con
los
cambios

Acertó de pleno Asier
Garitano dando entrada a Pere
Pons y a Joselu. Con el catalán, el Alavés pasó a dominar con claridad el centro del campo y a robar en zonas peligrosas. Con el delantero, tuvo al fin el equipo una referencia que ganaba todos los balones largos y pudo estirarse.

El Eibar notó el cansancio lógico tras su incansable derroche físico y el cuadro albiazul, por medio de un infalible
Joselu, le ajustició en el tramo final. El doblete del ariete con asistencias
de
Aleix
Vidal y Pere
Pons dio el primer triunfo a domicilio a un cuadro gasteiztarra que se adueñó del choque en el tramo definitivo.